El comienzo de la temporada 26 del fútbol femenino de la Asociación Uruguaya de Fútbol debió salvar muchos obstáculos, pero ahora quedó al alcance, no sin haber sufrido diversos dolores de parto. El uso figurado de una situación de embarazo también tiene que ver con el largo proceso de creación que culminaría ahora, justo en el noveno mes del año.

La breve temporada 2020 culminó en diciembre, por lo que no extrañó que los meses del verano, enero y febrero, se dedicaran al receso anual normal. Ya en el comienzo de marzo, el día 5, la Mesa Ejecutiva del fútbol femenino resolvió comenzar la temporada 2021 al mes siguiente, en principio con las divisiones juveniles desde el domingo 11 de abril. En la diaria del 9 de marzo informábamos que “la temporada de fútbol femenino comenzará a mediados de abril”.

Un mes después, relativizábamos las posibilidades de un comienzo cercano, reclamándolo en la edición del 9 de abril: “El 7 de abril culminó la temporada 2020 del fútbol masculino de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y en pocos días reanudarán las competiciones con la temporada 2021. Mientras tanto, el sector femenino de la misma institución tiene prácticamente todo pronto para echar a andar su 26ª temporada, pero ni miras aún de que eso suceda en el corto plazo. La inactividad de las mujeres futbolistas no está justificada. La aplicación de un elemental principio de igualdad de género haría que por lo menos menos las divisionales mayores femeninas pudieran entrar en acción en la segunda quincena de abril con similares protocolos sanitarios que los que se exigen con los varones. Eso no sería una novedad a la que arriesgarse, porque exactamente eso ya se hizo en la temporada pasada, la que culminó el 20 de diciembre. Ya ha quedado comprobado que criterios sanitarios de extremo cuidado pudieron ser reales en el fútbol femenino, que hay posibilidades de dar acceso restringido al público –con las mismas normas restrictivas que tiene el fútbol masculino- y que, por lo tanto, es totalmente viable dar comienzo a la actividad de la temporada del fútbol femenino, que tiene continuidad desde 1996. Cabría una anotación: poca diferencia tiene con respecto a la pandemia que una competición sea entre aficionados o profesionales, los que, además, integran la misma asociación”.

Y no comenzó en abril

Pero resultó que el fútbol femenino 2021 no empezó en abril ni en mayo, junio, julio, tampoco en agosto. Influyó en la inactividad, claramente, que en los tres primeros meses mencionados la pandemia provocaba entre 60 y 70 muertes diarias, entre ellas la del muy querido Gabriel López, una muerte que causó dolor en todo el movimiento del fútbol de mujeres y que tendrá el justo homenaje, ya decidido: en todos los torneos femeninos del año la Copa en disputa llevará su nombre.

El conflicto inacabado

El otro factor de retraso en la actividad se entrelazó con la peor parte de la pandemia y se prolongó hasta esta semana sin que se pueda decir que ha terminado. Por el contrario, queda subyacente.

Una mayoría de delegaciones clubistas tenían fuertes dudas sobre la situación económica del sector femenino de la AUF y solicitaron información a las autoridades. Como las respuestas, a su entender, fueron dadas lenta y parcialmente, las asambleas de clubes femeninos que debían tratar planes y formatos para la temporada 2021 eran trabadas. No se realizaban. Y el tiempo corría.

Desde entonces se opusieron dos valores que debían atender y defender ambas partes. Por un lado, el reclamo de instaurar un conocimiento colectivo de las grandes líneas de entradas y salidas económicas del momento y del pasado reciente; por otro, se atentaba con una fortaleza del fútbol femenino uruguayo, la continuidad histórica de sus campeonatos desde el año fundacional de 1996.

La semana pasada el poder central de la AUF impuso la competición. Entre sábado 4 y domingo 5 comenzarán versiones reducidas de los campeonatos uruguayos de Primera División (diez clubes) y de Segunda División (15). A su vez, darán comienzo los torneos juveniles sub 19, sub 16 y el debutante sub 14. La mayoría de los partidos de juveniles se disputarán el sábado 4.

La primera etapa de la Divisional A

Los cinco partidos de la Divisional A se disputarán en el césped sintético del estadio Charrúa. Arrancará el sábado con Fénix Canelones-Racing, a las 19.00. El domingo habrá cuatro partidos. El campeón vigente, Nacional, se medirá con el ascendido Náutico a las 11.30 en un partido que se podrá ver por AUF TV. Las muy reforzadas tricolores –han captado jugadoras de varios orígenes clubistas- son favoritas para repetir la titulación de 2020 y además tienen para dentro de dos meses, desde el 3 de noviembre, el desafío de la Copa Libertadores.

Antes, a las 9.00, jugarán Liverpool y Danubio. Después, a las 14.00, se enfrentarán Peñarol y River Plate. Las aurinegras serán, en lenguaje turfístico, las enemigas. Las darseneras tienen ambiciones más limitadas.

La jornada del Charrúa culminará con el partido Defensor Sporting-Atenas de San Carlos, que comenzará a las 16.15. Para seguir con el símil del turf, se puede afirmar que estos dos equipos se anotan en el pelotón de los que aspiran a ser “la sorpresa”.

La Segunda División, la B, puede ser un gran torneo. 15 clubes separados en dos grupos, uno de ocho y otro de siete, disputarán duramente el título y dos ascensos. Recomendemos un partido: Cerro-Wanderers, que se jugará en el Tróccoli a las 15.30 del domingo. Las locales tienen la dirección del polémico Ignacio Chitnizki y las bohemias a la prestigiosa Fabiana Manzolillo. Ambos llegan con alineaciones muy interesantes. La información del resto de la jornada, incluyendo las divisiones juveniles, se puede consultar en la web de AUF.

Jugadoras en movimiento

Juliana Castro se fue de Nacional a Defensor Sporting y también llegaron a las violetas Deyna Morales y Lucía Pérez desde Liverpool, aunque surgieron en San Jacinto. También la golera negriazul Anabel Ubal. Y la 2001 Camila Carrocio que, muy jovencita, fue lucida campeona del interior con el club Centenario de Fray Bentos en 2018. También será violeta Sofía Oxandabarat, quien viene de ser goleadora con Racing. Muchas de las compañeras de Sofía también se fueron del club ascendido pero lo hicieron hacia Montevideo City Torque. Desde el club Palmirense arribaron al club que conduce en su rama femenina Ana Gómez, dos juveniles Sub 17, las hermanas Félix Duhalde, Julieta del 2003 y Josefina del 2004.

Una corriente fuerte fue hacia Nacional. Las duraznenses y seleccionadas Karol Bermúdez y Micaela Domínguez desde Liverpool –el equipo más desmembrado- y, también desde ese origen, las juveniles Ángela Gómez, Martina Terra y Juliana Viera. Hay más: Solange Lemos desde Atenas y otras que se nos escapan.

A Cerro llegan dos venezolanas que hace un tiempo están en nuestro país: Gabriela Bonfanti desde Canadian y Danae Millán. Y la argentina Ayelén Benítez que se fue de Villa Teresa, el club que se bajó a último momento de la AUF provocando que la Divisional C no se creara como estaba ya previsto. También las criollas Karina Álvez buena defensa y capitana, la goleadora Romina Girbau y Romina Alberti.

La enorme goleadora Catherin Berni jugará en el club San José siendo ella misma de ese departamento pero de Playa Pascual.

Michelle Acosta, que fue jugadora y DT de Wanderers el año pasado, llegó a Danubio, también destino de Martina Duque –otra que dejó a Liverpool-. Camino inverso fue el de la buena defensa zurda Tatiana Stelmak (25 años) quien fue de Danubio a Liverpool.

Dos juveniles promisorias se movieron: la 2002 Tatiana Magallanes de Rampla a River y la 2005 Julieta Morales –ex Colón y Liverpool- a Peñarol. El equipo aurinegro, tricampeón reciente en 2017, 2018 y 2019, parece haber apostado a la estabilidad más que al cambio. En los primeros meses de este año se le fue la gran golera celeste Sofía Olivera a Rosario Central y la que llegó fue la defensa Adriana Salvagno, otra palmirense.

Dos buenas jugadoras se volvieron para sus pagos maldonadenses Nikol Laurnaga y Sasha Perlas pasaron para Atenas desde Liverpool (¡otra más!) y Nacional, respectivamente.

Hagamos el final de este recorte incompleto –lo no dicho se irá descubriendo en las canchas- con casi un homenaje a dos veteranas que siguen en acción, la goleadora histórica Alejandra Laborda (1978) pasó de Rampla a Parque del Plata mientras que Carolina Monesiglio (1983) también llegó al club del balneario canario.