Este jueves a las 21.30 en Curitiba, Brasil, en el estadio de césped sintético Arena da Baixada, Peñarol jugará su partido internacional más importante de los últimos diez años, al enfrentarse al Athletico Paranaense en el partido revancha de las semifinales de la Copa Sudamericana.

El partido, que será televisado por ESPN y Directv, contará con la presencia de Agustín Canobbio que, a pesar de que fue notificado la semana pasada que un control antidopaje realizado en el partido de ida contra Sporting Cristal había arrojado un resultado adverso por la aparición de boldenona -esteroide anabólico androgénico-, se mantiene habilitado para jugar, debido a que no se ha abierto aún la segunda muestra, pero, fundamentalmente, por el ejercicio de defensa del jugador y de Peñarol, que comparecieron en Paraguay ante la Comisión Disciplinaria de la Confederación Sudamericana de Fútbol, argumentando con numerosos testimonios que se trataba de un caso de contaminación, por la ingesta de carne con boldenona, cuyo uso en animales está prohibido en muchos países del mundo, Uruguay incluido, pero no en Perú, donde en el único de cuatro exámenes que le han hecho a Canobbio en los últimos tiempos, el volante lateral había tenido resultado adverso. El futbolista, que esta temporada volvió a Peñarol, fue sometido a distintos controles en los últimos meses: el 4 de julio por los octavos de la Sudamericana en el Parque Central, el 11 de agosto en Lima, el 7 de setiembre en Los Aromos, y el 21 de setiembre junto con todo el plantel antes de que empezaran a jugarse las semifinales.

Confianza, buena labor y un par de goles

Con el resultado del pasado jueves, cuando de visitante en el Campeón del Siglo Athletico Paranaense ganó 2-1, Peñarol está obligado a ganar, y convirtiendo por lo menos dos goles. Esto es así porque las llaves se definen por puntos en primera instancia, por diferencia de goles en segunda instancia, y por mayor cantidad de goles convertidos como visitante si igualan en puntos y en diferencia de goles, siempre y cuando los resultados no sean idénticos, caso en el que la definición es por penales de acuerdo al sistema FIFA.

Peñarol tiene que ganar, por uno o más goles de diferencia para clasificar, pero hay dos casos que aclarar: si gana 1-0, clasificará a la final del Centenario Paranaense, por mayor cantidad de goles de visitante (hizo dos en Montevideo), y si vuelven a salir 2-1 , pero en este caso a favor de los aurinegros, la clasificación será en los penales. Cualquier otro resultado de triunfo colocará a Peñarol en la final única de Montevideo.

Mauricio Larriera estaría en condiciones de colocar la misma oncena que jugara una semana atrás, es decir con Kevin Dawson en el arco, la línea final con Giovanni González, Carlos Rodríguez, Gary Kagelmacher y Juan Manuel Ramos, Jesús Trindade y Walter Gargano repartiéndose la media cancha, Agustín Canobbio, Pablo Cepellini, y Facundo Torres, por delante de ellos, y Agustín Álvarez Martínez como el delantero más adelantado. El entrenador floridense no adelantó la oncena, pero al parecer Walter Gargano está en condiciones sanitarias de jugar, y con Canobbio habilitado, solo quedaría saber si confirma a Ramos en el lateral izquierdo, o da lugar a Valentín Rodríguez, que una semana atrás entró y muy bien en el segundo tiempo ante los brasileños.

Por su parte Paulo Autuori, el reconocido entrenador que estaba en el elenco curitibano como gerente deportivo y hace unas semanas asumió como técnico principal, volverá a jugar con línea de tres, que se convierte en cinco como en la ida, y alinearía con Santos; Pedro Henrique, Thiago Heleno, Zé Ivaldo; Marcinho, Richard, Erick, Abner; David Terans, Nikão, Bissoli.

Si bien ganar de visitante en el imaginario popular del fútbol parece una complicación, si tomamos como base de proyección el partido de hace una semana, podríamos pensar que más allá de los obstáculos racionales e irracionales que significan buscar la clasificación fuera de casa, Peñarol está capacitado como para intentar la victoria que lo coloque después de diez años en una final internacional.

Así como Paranaense ganó de buena manera en Montevideo, Peñarol podría hacerlo en Curitiba, dada la paridad de fuerzas, aunque también es verdad que el sintético de la Arena da Baixada puede llegar a cambiar la correlación del juego.

Como sea, habrá que esperar hasta las 23.30 para saber cómo fueron las cosas.