Luego de 15 años en los que la selección uruguaya estuvo al mando del Maestro Óscar Washington Tabárez, el jueves 27 la celeste será dirigida por otro entrenador. Con poco más de un mes de trabajo desde que fue elegido para el cargo, Diego Alonso se enfrenta al desafío de volver a poner a Uruguay en zona de clasificación al Mundial, cuando quedan cuatro partidos. Ante este complejo escenario, surge la incógnita de qué posibilidades tiene Alonso para generar cambios en tan poco tiempo.

Sergio Markarian, entrenador y exseleccionador de Perú, Grecia y Paraguay, le dijo a Garra que el cambio de técnico produce “un efecto motivador muy grande. Sólo por el hecho del cambio, los jugadores se preparan y motivan de manera diferente”. En referencia al corto período de trabajo, comentó que “el tiempo sigue siendo importante a nivel de selecciones, las que mejor juegan en el mundo tienen a sus entrenadores hace varios años”. Puso como ejemplo a Bélgica, Francia, Inglaterra y, en América, destacó a Perú: “Tradicionalmente no era de los equipos que imponía su calidad de juego, hoy es uno de los que mejor juegan en América. [Ricardo] Gareca lleva siete años al frente del equipo y además varios jugadores ya llevan juntos desde los cuatro años que dirigí yo”.

En diálogo con Garra, el exseleccionador de Honduras y de Uruguay sub 20, Fabián Coito, coincidió con Markarian en que los entrenadores con mayor tiempo en el cargo tienen ventaja porque “tienen más historia con los jugadores”. Pero también indicó que todos los entrenadores de selección tienen pocos días de trabajo, y el tiempo de Alonso con sus jugadores es el mismo que el de los demás. Explicó que se puede ganar tiempo con entrevistas personales y llamadas, cosa que ya ha hecho Alonso, según él mismo manifestó, con varios futbolistas de la selección.

Markarian apuntó que la falta de tiempo no puede ser un argumento para justificar que una selección no conozca un plan de juego. Según él, “las estrategias de viaje, de concentración y de entrenamiento deberían ser planificadas para el total aprovechamiento del trabajo táctico y entrenamiento de sistema de juego. Los preparadores físicos sólo deberían hacer trabajos para entrar en calor, la vuelta a la calma y ejercicios para la prevención de lesiones. El poco tiempo que hay tiene que ser del entrenador”.

Afirmó que no hay “magia” que ayude a instalar una idea de juego a mayor velocidad: “El entrenador tiene que definir el sistema de juego, la táctica y el estilo a utilizar. Si tiene bien claro esto lo va a poder transmitir con simpleza, para que los jugadores lo puedan entender”. Indicó que el partido nunca se presenta tal cual lo plantea el entrenador: “Puede haber algunas dificultades, generarse alguna situación inesperada. Por eso hay que tener un plan B y jugadores con la madurez necesaria para sobrellevar esos momentos. En Uruguay tenemos de sobra ese tipo de jugadores”.

Aseguró que, según lo que ha escuchado, habrá cambios muy grandes en la manera de trabajar en relación con el período anterior, y eso le parece bueno. Señaló que se puede mantener la integración y hacer todas las modificaciones que se quiera respecto del sistema de juego y las tácticas a usar. Eso es fácilmente adquirible para la calidad y experiencia de los jugadores de Uruguay. En lo que refiere a implementar el estilo de juego, planteó que “lleva un poco más de tiempo porque su transmisión no pasa simplemente por lo que se les pueda decir a los jugadores. Pasa a un segundo plano, porque podemos dejar fluir un estilo uruguayo de jugar al fútbol, que siempre ha dado buenos resultados”.

Otra herramienta que mencionaron ambos entrenadores son los videos con conocimientos del rival y animaciones que muestren lo que el técnico espera del equipo. Coito explicó que “hay poco tiempo, los jugadores llegan luego de competir, de un viaje y a pocos días del siguiente partido. No se puede sobrecargarlos con mucho trabajo de campo. La charla y, sobre todo, mostrar cosas, es más importante que nunca”. De todas formas, aclaró que la idea no es que el video termine bombardeando a los jugadores con información: “Cuanto más específico y claro sea sobre la idea que quiere transmitir el entrenador, mejor”.

Markarian agregó que la información debe ser adaptada a las características de la persona a la que va a ser enviada: “El video que le mando a alguien con 10 o 12 años de trayectoria en la selección es probable que tenga una cantidad de material mayor al de un chico recién convocado, que no ha pasado por experiencias de este tipo y que necesita información más acotada”.

Además, el exseleccionador de Perú afirmó que un buen planeamiento de la carga de trabajo es fundamental porque “el entrenador recibe a un grupo de jugadores con distintos niveles de cansancio. Pero el primer día que llegan no se puede decir ‘están cansados, hoy no vamos a hacer nada’. Se puede entrenar lo que anteriormente mostraste en un video o animación y llevarlo a la cancha con la carga más baja posible, para que los jugadores sepan desde el primer día qué es lo que tienen que hacer”.

Los seleccionados

La lista de jugadores convocados para disputar los partidos frente a Paraguay y Venezuela incluye nombres nuevos en relación con el proceso anterior: Guillermo de Amores, Sebastián Sosa, Leandro Cabrera, Mathías Olivera, Facundo Pellistri, Diego Rossi y Nicolás López. Pero también están los futbolistas que venían disputando las Eliminatorias bajo el mando de Tabárez. En caso de que no haya lesiones, los principales líderes del equipo no faltaran a los dos próximos partidos para ir al Mundial.

Sin embargo, históricos jugadores como Diego Godín, Martin Cáceres y Edinson Cavani vienen con menos minutos de juego que en otros momentos de sus carreras. Ante este escenario, surge la incógnita sobre qué es lo que pesa más en el rendimiento de un jugador de selección: ¿la experiencia previa o el momento de forma en el que llega?

Para Coito los dos factores son muy importantes, es una combinación de ambas cosas, “pero jugar bien en las selecciones no es haber jugado bien el domingo anterior”. El entrenador de la selección tiene mayor conocimiento sobre los futbolistas y puede confiar mucho en un jugador que no esté disputando minutos de competencia. Agregó que siempre hay que darle la derecha al entrenador porque “conoce muchas más cosas que los que estamos por fuera. En base a la combinación de toda esa información toma esas decisiones y opta por determinados jugadores”.

Según Markarian, puede haber situaciones de los dos tipos: “Hay jugadores que, aún sin jugar partidos, pero estando bien entrenados y con un buen trabajo previo, superan la supuesta falta de ritmo. Hay otros que no pueden superar la falta de competencia, sólo se van a sentir bien si vienen jugando seguido y con continuidad. Ahí es el entrenador quien debe saber darse cuenta. Es algo que no está escrito, pero que el ojo de un buen entrenador con experiencia suele reconocer fácilmente en sus jugadores”.

“Debe gestionar 11 voluntades que se alineen detrás de una idea, por eso es muy importante el vínculo con los jugadores”. Fabián Coito

En la conferencia de prensa con motivo de su presentación como entrenador del seleccionado uruguayo, Alonso dejó varias pistas sobre cómo quiere que juegue su equipo. Comentó que le gusta dominar los partidos y ser el equipo que más situaciones de peligro genera, mientras que en fase defensiva espera que el equipo domine mediante la presión. También se refirió a las características de los futbolistas con los que cuenta: señaló que algunos pueden ayudar a tener un fútbol combinativo y por dentro, mientras que otros pueden llevar a cabo un juego más vertical y con mayor velocidad.

Consultado sobre si Uruguay dispone de los futbolistas para defenderse presionando, Coito respondió que sí y que seguramente Alonso va a alinear a los futbolistas más adecuados para hacerlo. Aclaró que la presión existe siempre, todos los equipos la ejercen. La diferencia es dónde y de qué manera se hace: “Se puede hacer una presión alta, media, baja, presionar la pelota que se juega hacia atrás. Hay distintas instancias en que se puede empezar a provocar el error en el equipo rival”.

La otra presión

En el fútbol, el término “presión” no sólo hace referencia a la acción defensiva de un equipo en busca de recuperar la pelota: también es el estado mental de los jugadores ante una situación estresante y de alta exigencia. Estas instancias son conocidas para los jugadores más experimentados de la selección uruguaya, que ya han pasado por momentos en que la clasificación al Mundial corría un riesgo muy alto. También hay casos de futbolistas más jóvenes con menor experiencia en situaciones complicadas. Coito planteó que lo primero que puede hacer un entrenador para gestionar la presión es conocer muy bien al jugador y qué respuesta puede tener frente a las situaciones que le va a plantear el partido. Eso no tiene que ver sólo con la estrategia y el juego, se suman otros factores externos.

El entrenador debe transmitir confianza y su idea de forma sencilla para que pueda ser interpretada de la mejor forma posible. “Debe gestionar 11 voluntades que se alineen detrás de una idea, por eso es muy importante el vínculo con los jugadores”, dijo Coito. Para eso es necesario tener instancias de diálogo en que el entrenador transmite la idea, pero que no sea algo unidireccional, sino que los jugadores aporten detalles y se sientan cómodos al hacerlo. “Estará en el entrenador tener la capacidad, y no digo de Alonso, me refiero a cualquier entrenador, de saber leer esos mensajes que a veces pasa el vestuario”, comentó.

Por otro lado, Markarian dijo que “todos los actores son personas preparadas desde hace mucho tiempo para sobrellevar esa presión. La mayoría de los jugadores han pasado por varias eliminatorias. Los técnicos no tanto, será su debut en eliminatorias, pero tienen el antecedente de haber actuado en alguna circunstancia bajo una presión muy importante”.

“Su liderazgo [de Diego Alonso] tiene que estar estrictamente dedicado a la conducción táctica, disciplinaria y organizativa del equipo. El clima lo hacen los jugadores”. Sergio Markarian

Agregó que el clima de selección es distinto al de los equipos y es relevante que el entrenador lo tenga en cuenta: “Es un clima de reencuentro, los jugadores dejaron de verse durante dos o tres meses. Cada uno tiene una historia personal que contar”. En su experiencia como seleccionador, observó que es algo muy común a todas las selecciones tener un humor y una empatía muy especial entre los jugadores. “Ahí hay un aspecto de la relación interna del equipo en la que el entrenador no tiene que mover un dedo, tiene que dejar que fluya. Su liderazgo tiene que estar estrictamente dedicado a la conducción táctica, disciplinaria y organizativa del equipo. El clima lo hacen los jugadores”, concluyó.