Patadas al tiempo

A Cristian El Tanque Michlig
Goleador, ascensos, cumbia y rock

Entre cejas sudorosas
las redes infladas.
Entre líneas robustas
desafiantes miradas.
En tu zurda letal
la cumbia santafesina.
En la frente castigada
impactos que un centro avecina.

Goles que han sido tus mejores aliados,
brazos en alto, festejos desaforados.
En la tribuna tu apodo resonante,
euforias desplazadas por un tanque.
En la garganta gritos tatuados.
Es el área tu segunda casa.
Hay un túnel con abrazos pintados,
hay un reloj donde el tiempo pasa.

La cuarta fue en esta historia la vencida,
mientras finales perseguías,
la gloria adormecida,
sueños como guías.

Vamos viendo

Tiremos nuestras miradas
hacia adelante.
Que juntas planifiquen sueños
para cumplir al día siguiente.
Sin prisas.
Las prisas son engañosas.
Como la televisión,
como la portada deportiva de una web de Ibiza,
nos muestran la zanahoria
mientras nos arrebatan el tiempo.
El sol de la mañana,
el canto de los pájaros, sus vuelos,
la tarde y la presencia repentina del frío.
Pausemos la vorágine de noviembre
para que diciembre
no se nos pase volando.
De nuevo la zanahoria y ese afán
por descartar lo que ahora transitamos
mostrándonos todo lo nuevo.
Un año,
el modelo de un auto,
la hija, el hijo o la casa de tus sueños.
No nos olvidemos del cielo naranja
al atardecer de este invierno.
No perdamos de vista todos los abrazos
que todavía quedan por darnos.
No nos apresuremos en regularizar
lo que para ellos es la legalidad,
ni siquiera les daremos el gusto
de asentir con la cabeza
cuando hablen con faltas de ortografía,
los pararemos en seco.
Nosotros, mientras tanto,
retomaremos la película
que aún no terminamos,
te llevarás de nuevo la camiseta
que viniste a devolverme,
y el tiempo se detendrá
mientras te miro
sin que te des cuenta,
cómo te vestís y te arreglás el pelo.
Quizás eso sea la belleza.

Maximiliano Castilla, futbolista, nacido en el barrio Bella Italia en Montevideo en 1994. Hizo inferiores en Miramar Misiones y debutó en primera con la camiseta a mil rayas. Jugó en Platense, en Villa Española, en La Luz. Viajó a España, fue camarero, trabajó en la construcción y fue vendedor, vendió de todo un poco. Jugó en la Peña Sportiva Sant Jordi, y actualmente lo hace para el Sant Josep, ambos clubes de la isla de Ibiza.