El deporte se dio a conocer en Uruguay hace pocos años, y forma parte de varios espacios, entre ellos, la feria de culturas alternativas. Es una “lucha suave” en la que gana quien le da una determinada cantidad de golpes o impactos a su oponente. Se utiliza el calificativo “suave” ya que es una lucha basada en armas construidas con materiales que no golpean fuerte ni lastiman al oponente. La novedad es que surge del terreno audiovisual y “sale a la realidad” de la mano de jugadores de todas las edades que lo único que necesitan es querer participar y acercarse a alguno de los equipos, en el caso de que deseen competir.

León Techeira es de Maldonado y conoció el softcombat en 2016. Según cuenta, “el deporte en Uruguay surgió de las convenciones frikis de videojuegos” y es en una de esas convenciones donde junto a un amigo se enteró de la práctica. Les gustó tanto, que ese mismo año decidieron armar un equipo para poder competir, y así fue que crearon Huargos del Este. “El deporte en Uruguay lo empezó a mostrar un equipo de Montevideo que se llama Forjadores, pero nosotros fuimos el primer equipo del interior”, cuenta Techeira. Luego de dos años, en 2018, realizaron el primer torneo uruguayo de softcombat. “El primer torneo lo ganó Forjadores, el segundo se hizo en Treinta y Tres; para esa instancia participaron más equipos, alrededor de diez, y lo ganamos nosotros”, recordó Techeira.

Sobre la práctica del deporte en sí misma, explicó que tiene dos formas de participar, “una parte lúdica, que es de integración y de conocer los equipos, y otra, los duelos entre dos jugadores en los que se compite con simulaciones de armas medievales y un reglamento controlado por jueces”, aclaró. Las reglas, que aplican cuatro jueces, regulan el uso de la fuerza, lo que se puede y lo que no se puede hacer, y otras cosas necesarias para mantener el orden.

En cuanto a los lugares aptos para practicar el deporte, Techeira dijo que “si bien no hay ninguno establecido por reglamento, al ser un deporte en el que el participante se suele mover y correr, se suelen usar la plaza, espacios verdes, gimnasios”, detalló.

Sobre las armas que se usan, que en principio no lastiman ni golpean fuerte, contó que “los equipos suelen tener un stock que ofrecen a los participantes cuando recién llegan”, pero suelen pedir que con el tiempo cada uno se elabore las propias, “sobre todo porque los competidores tienen sus preferencias, por ejemplo, muchos prefieren usar siempre espada y escudo, entonces es bueno que puedan construirlas”. En cuanto a los materiales que se emplean y los tipos de armas que se construyen, dijo que se usan “caños de plástico, materiales acolchonados como goma o flotadores de piscina, cartonplast, goma eva”; las armas que se construyen son “todas estilo medieval, espada y doble espada, escudos, hachas, lanzas, dagas, entre otras”.

Además, dijo que “las armas se van implementando según los conocimientos y aportes de los jugadores”, ya que “si alguien trae una nueva idea que se pueda reglamentar, y se establece que golpea en un lugar específico, se agrega a los reglamentos”.

En 2019, momento en el cual ya había alrededor de 14 equipos de softcombat en el país, se creó la Asociación de Softcombat Uruguaya (ASU), que entre otras cosas entrena a jueces durante algunos períodos, convoca a cursos y organiza diferentes jornadas de participación con reglas lo más similares posible, que nuclean a todos los grupos del país.

En este momento hay varios departamentos, como Montevideo, Maldonado, Treinta y Tres y Colonia, entre otros, que cuentan con equipos de softcombat, que son alrededor de 15, y que además de entrenar compiten en los diferentes encuentros.

Antes de la creación de la ASU, la organización de los eventos y los torneos los hacían los mismos equipos. “Nos postulamos e íbamos rotando, hacemos convocatorias, hablamos con las intendencias para conseguir predio, hacemos jornadas de integración”, contó Techeira.

Debido a la pandemia, Techeira cuenta que “no está en el punto máximo del furor en el que estuvo hace un año y medio”, ya que se suspendieron los eventos por la situación sanitaria del país. “Los encuentros los organiza una vez cada equipo, en diferentes puntos”, contó. Sobre la evolución del deporte, dijo que “en Maldonado, por ejemplo, la gente año a año se sumó, de todas las edades, porque al verlo da una curiosidad muy grande y todos se acercan a preguntar de qué se trata”, recordó.

Cultura alternativa

Santiago Vila es de Rocha, conoce y practica softcombat desde que asiste a la feria de culturas alternativas, un evento que reúne a distintas formas de expresión no tradicionales como los videojuegos, el animé, cosplay, entre otras, para un público joven, gran parte de ellos adolescentes. La feria comenzó en 2015, cuando Vila fue parte, y luego año a año se extendió por diferentes departamentos del país.

“Sumamos el softcombat a la feria de culturas alternativas porque es algo diferente; en el intercambio del primer evento conocimos personas que lo practicaban así que al año siguiente los invitamos a participar”, recordó. Luego, en Rocha también fueron adquiriendo conocimientos sobre el deporte, construyeron sus propias armas y se establecieron como grupo en el departamento”.

Hace un mes se realizó en Melo la última feria del año de culturas alternativas. Según Vila, se acercaron muchos niños y adolescentes a consultar sobre el softcombat; “fue tanto el interés que armamos un grupo de Whatsapp para estar en contacto y que puedan empezar a crear sus propias armas”, contó. Consultado sobre lo que significa para él la práctica del deporte, dijo que “es un momento liberador, que aunque no es tan conocido, se basa principalmente en compartir y pasar un buen momento, que con poco hace que se viva un rato de diversión y mucho respeto”; lo que consideró más importante es que “es para todos”.

Quienes quieran acercarse a conocer o practicar softcombat, pueden ingresar en la página de Facebook de ASU, o enviarles un correo a [email protected] solicitando información.