La selección uruguaya conquistó los 6 puntos posibles en la primera doble fecha dirigida por Diego Alonso. La celeste visitó a un diezmado Paraguay con varias bajas por covid-19 y se trajo un triunfo 1-0, para luego cerrar esta doble jornada con un cómodo triunfo 4-1 frente a Venezuela en el estadio Centenario.

De esta forma, Uruguay llega a la última doble fecha en puestos de clasificación directa al Mundial de Catar y dependiendo de sí misma. La celeste se ubica cuarta con 22 puntos, tres por debajo de Ecuador, uno por encima de Perú, tres arriba de Chile y cinco por delante de Colombia. De estas selecciones saldrán las dos que junto con Argentina y Brasil irán directo al próximo Mundial.

Uruguay recibirá a Perú en la próxima fecha y cerrará su participación en su visita a Chile. Antes de pensar en lo que viene, veamos qué nos dejaron los primeros partidos de Diego Alonso al frente de la selección.

Un par de retoques

El puesto de golero era uno en los que se esperaban cambios tras la lesión de Fernando Muslera. El encargado de defender el arco fue Sergio Rochet, futbolista de Nacional, quien mantuvo el arco en cero frente a Paraguay en su debut en la selección.

Según datos de la empresa Newen Analytics, Rochet recibió tres remates al arco de la albirroja y tres más de Venezuela, y atajó cinco de ellos. A su vez, el arquero se mostró preciso en sus pases, aunque entró poco en juego. Acertó 15 de 18 pases largos y 4 de 6 pases cortos. Uno de sus errores en salida en corto le costó la tarjeta amarilla a Ronald Araujo, que cometió una falta ante un rival paraguayo que anticipó la jugada.

En los primeros minutos frente a Paraguay, Uruguay intentó salir en corto desde el arco con Matías Vecino recibiendo al lado de Rochet entre los dos zagueros de Uruguay, mientras que Rodrigo Bentancur y Federico Valverde se colocaron a espaldas de los volantes rivales. Buscaron generar una superioridad de seis contra cinco en la salida. Paraguay presionó alto y recuperó, incluso generó una falta de Bentancur que le costó la tarjeta amarilla al mediocampista.

Sergio Rochet, en el partido con Venezuela, en el estadio Centenario.

Sergio Rochet, en el partido con Venezuela, en el estadio Centenario.

Foto: Pablo Porciúnula, Pool, AFP

Cuando no se animó a salir en corto, la selección uruguaya buscó en largo a sus delanteros y disputó la segunda pelota en mitad de cancha para comenzar a asociarse desde ese sector. Alonso presentó un 1-4-4-2 flexible en cancha, con Araujo de lateral derecho con posibilidad de formar una línea de tres cuando Mathías Olivera pasaba al ataque (fue otro de los debutantes). En el medio aparecieron algunos habituales en la selección: Vecino, Bentancur y Valverde, quien muchas veces se volcó hacia el sector izquierdo de los volantes. Por la derecha apareció otra de las caras nuevas, Facundo Pellistri, un jugador de mucha velocidad y buen uno contra uno que tuvo una noche soñada frente a Venezuela.

Arriba, Luis Suárez fue el delantero principal de Uruguay en la visita a Asunción, mientras que Darwin Núñez se movió de la izquierda al centro, dependiendo de lo que pedía cada ataque.

Al ser Olivera el único lateral natural del equipo, la selección buscó mayormente salir por el sector izquierdo, y por eso la conexión de pases más frecuente se dio entre Olivera y Valverde. Entre ellos combinaron 19 veces en el partido.

Otro aspecto que se pudo ver fueron las jugadas de pelota quieta, muy bien ejecutadas por Valverde. Por esa vía Uruguay generó las chances más claras de gol, por ejemplo, un cabezazo de Luis Suárez que dio en el palo tras un primer cabezazo de Vecino, quien apareció en carrera por el segundo palo para bajar la pelota al área chica. Otro cabezazo de Diego Godín impactó en el caño tras ganar en el primer palo, y en el rebote la pelota le quedó servida a Vecino, que remató directo al arquero rival.

Uruguay tuvo 13 remates, 4 al arco, elevando su promedio, que era de 9,19 remates por partido, y lastimando incluso más a Paraguay, que recibía 10,79 remates en contra por encuentro. Algo que repitió la celeste fue rendir por debajo de sus goles esperados (xG), al anotar un gol de los 2,5 xG, sin lograr alcanzar la cantidad de tantos que estadísticamente corresponde a las chances que genera.

La buena noticia fue que Luis Suárez rompió el maleficio. El delantero únicamente había anotado de penal y de tiro libre directo en lo que iba de Eliminatorias. Frente a Paraguay anotó el primero de jugada con un buen disparo cruzado de zurda.

Ninguna de las dos selecciones se caracteriza por la posesión de la pelota. Uruguay promediaba 45,9% en el torneo mientras que Paraguay promediaba 47,4%. En este partido los dirigidos por Alonso buscaron imponer las condiciones del juego desde la tenencia y lo lograron con 55,55% de la posesión. Paraguay propuso recuperar y salir de contragolpe, principalmente a través de la velocidad de Miguel Almirón.

Para cerrar el encuentro, Uruguay varió su esquema táctico a un 1-5-3-2, con el ingreso de Damián Suárez como carrilero por la derecha, Martín Cáceres como zaguero, mientras que Mauro Arambarri y Agustín Canobbio se colocaron como interiores al lado de Vecino. Arriba ya había entrado Edinson Cavani para acompañar a Luis Suárez. Uruguay manejó la ventaja, trató de bajar el ritmo al partido y se quedó con los tres puntos ante Paraguay, que terminó con diez jugadores tras la expulsión de Gustavo Gómez en los descuentos.

Fiesta en casa

Luego de superar a Paraguay había que completar el trabajo con una victoria sobre Venezuela en el estadio Centenario. Con Vecino suspendido, Alonso retocó un poco el 1-4-4-2 pasando a Valverde a zona central y colocando a Giorgian de Arrascaeta por la izquierda, mientras que Cavani entró en lugar de Núñez.

Giorgian de Arrascaeta arrancaba por banda pero con la libertad de colocarse en zonas centrales y permitir nuevamente la subida de Olivera, mientras que Araujo formó la línea de tres en fase ofensiva junto con José María Giménez y Diego Godín.

El partido no pudo empezar mejor para Uruguay. Al minuto Cavani desbordó por la derecha y tras el despeje de la defensa de Venezuela, Bentancur apareció al borde del área para meter un gran derechazo, su primer gol en la selección.

A partir del 1-0, Uruguay manejó el trámite del partido, intentó seguir siendo protagonista hasta que aumentó el marcador con una muy buena jugada colectiva e individual. Araujo y Pellistri aparecían bien abiertos por la derecha para darle amplitud al equipo y generar espacios en el rival. Así lo vio Godín, que realizó una muy buena conducción y se apoyó en Valverde, que de primera jugó con Pellistri, quien demostró sus mejores características: velocidad en conducción, buen uno contra uno, un centro de gravedad bajo que lo hace difícil de derribar y, cuando pasó entre tres rivales, llegó a la línea de fondo y tuvo la claridad para pasar hacia atrás y asistir a De Arrascaeta para el 2-0.

Luego de la ventaja, Uruguay cedió la posesión a su rival y aprovechó la velocidad de Pellistri, más los buenos movimientos de Cavani y Suárez, para lastimar de contragolpe. De esta manera, llegó el 3-0 antes del final del primer tiempo. Recuperó Uruguay en su cancha y Araujo metió un buen cambio de frente para De Arrascaeta, que aprovechó cómo Suárez fijó a la defensa rival colocándose en posiciones intermedias. Con Cavani y Pellistri llegando por el sector derecho se generaba un cuatro contra cuatro en ese sector. De Arrascaeta encaró de izquierda al centro y luego de que se ensuciara un poco la jugada, quedó la pelota flotando en el área para que Cavani armara una chilena y marcara el tercero.

Wuilker Faríñez y Óscar González, de Venezuela, y Facundo Pellistri, de Uruguay, durante el partido de eliminatorias.

Wuilker Faríñez y Óscar González, de Venezuela, y Facundo Pellistri, de Uruguay, durante el partido de eliminatorias.

Foto: Alessandro Maradei

Uruguay cedió posesión en el inicio del segundo tiempo y llegó a tener únicamente 20% de la tenencia en los primeros 15 minutos, pero volvió a colocar a Pellistri con espacio y tiempo para encarar a la defensa rival. El volante por la derecha encaró y recibió la falta dentro del área para que Suárez transformara el penal en el último gol celeste del partido.

Pellistri jugó 68 minutos frente a Venezuela, dio una asistencia, le hicieron la falta del penal, acertó 15 de 16 pases intentados y ganó 6 de 10 regates. Un gran partido para una de las novedades de la selección.

El partido estaba sentenciado y fue perdiendo ritmo con el correr de los minutos; de todas maneras, cuando Uruguay recuperaba la pelota buscó ser vertical, algo que aportó muy bien Valverde y se pudo ver en un recupero en cancha rival donde aprovechó su velocidad, asistió a Cavani y el quinto gol uruguayo fue anulado por fuera de juego.

A los 65 minutos, un saque en largo de Uruguay dejó mal parada a la defensa. Giménez erró en su intento de pasarla atrás y Josef Martínez puso el descuento para Venezuela.

Frente a Venezuela fueron 21 los remates de Uruguay, 11 al arco ante un equipo que recibía 10,55 remates por partido. Fue el partido en que la selección tuvo el número más alto de goles esperados a favor. Por más que se anotaron cuatro goles, casi a la par de los 4,55 xG que el equipo generó, en ninguno de estos dos partidos la celeste rindió por encima del xG que produjo. Esta comparación sirve como referencia para remarcar que bajo la dirección técnica de Alonso, Uruguay no se volvió en estos dos partidos un equipo más efectivo en relación a las ocasiones producidas. En todo caso, su principal mérito fue generar más ocasiones para concretar, sobre todo contra Venezuela.

En estos dos partidos, ante los dos rivales que están en las últimas posiciones de la tabla de posiciones de este continente, se vio a un Uruguay más ofensivo, con más remates, generando más chances de gol de lo que venía haciendo y con remates más cercanos al arco rival. El equipo presionó más arriba, permitió menos pases en la zona de inicio rival y fue más intenso en la marca.

Para la última doble fecha vendrán dos rivales más duros y que se juegan todo por ir al Mundial. Uruguay sabe que depende de sí mismo y que si le gana a Perú, y Chile no le gana a Brasil en Brasil ‒nunca Brasil perdió como local por Eliminatorias‒, estará clasificado al próximo Mundial de forma directa, una fecha antes del cierre de las Eliminatorias.