La B es un espacio de sueños y dramas, de dolores y alegrías. La B es el pueblo, es el barrio, es la unidad básica de la calle, con los yuyales, los maníes y las tangerinas, de las tortas fritas y los mostradores.

Este sábado se habrá de definir el primer torneo del año de la temporada de la Segunda División Profesional. El torneo Competencia, jugado en dos series, nos dejó dos finalistas -La Luz y Racing-, pero fundamentalmente nos dejó una tabla de posiciones que ya dejó de ser la del Competencia para transformarse en Uruguayo, cargada con un puntaje, que para el caso de La Luz puede resultar fundamental, dado que ya suma 15 unidades y con ventaja de cinco puntos sobre sus más cercanos perseguidores, Racing y Rampla, que quedaron con 10, Progreso tiene 9, Miramar 8, Atenas y la IASA 7, Uruguay Montevideo 6, Juventud 5, Cerro 4, Villa Española 3 y Central 1.

Sábados circulares

La B son niños y niñas que corretean por la explanada de la tribuna mientras sus mayores gritan o cotillean entre mates, roscas de chicharrones, pastelitos de dulce y tortas de chocolate emergentes de plásticos envases de helados, travestidos de tupper.

Desde hacía muchísimas temporadas la B no ofrecía un campeonato inicial, con un premio extraordinario –en este caso asegurarse un lugar para la liguilla por el tercer ascenso-, ni que además mezclara su puntaje con el del Uruguayo, que decidirá los dos ascensos directos, o los otros tres participantes de la liguilla por el tercer ascenso, y los dos últimos que deban jugar el repechaje con tercero y cuarto de la C.

El último antecedente parecido fue el del Preparación de 1979, que ganó Huracán Buceo, que esa misma temporada había descendido, pero que apenas estuvo unos meses fuera de la A, dado que por campeón volvió al Uruguayo inmediatamente sin perder su continuidad en la A. Cosas extremadamente raras que pasaban por esos años. En este siglo no habíamos tenido en la Segunda División este tipo de torneos vinculantes con el resto de la temporada en puntos, clasificaciones o ascensos.

La vuelta de la B a las canchas con público fue, entonces, con este Competencia, que además permitió que los aficionados volvieran a las canchas de sus clubes o aquellas en las que ejerzan la localía, lo que no había sucedido ni en 2020 ni en 2021, cuando a causa de la pandemia (y también de que los clubes no querían tener gastos extras) los campeonatos se jugaron en forma casi íntegra en el Charrúa. Cada partido era emitido en continuados televisivos de miércoles y jueves de Tenfield.

Entrar en Competencia

Para este primer torneo los 12 clubes se dividieron en series. La A con Racing, Rampla, Miramar, Sud América, Uruguay Montevideo y Central; y la B con La Luz, Progreso, Atenas de San Carlos, Juventud, Cerro y Villa Española.

La serie A se debió definir por cantidad de goles a favor entre Racing y Rampla Jrs., al quedar igualados en 10 puntos, y en la misma diferencia de goles +5. La posición de finalista quedó para los de Sayago que empataron con Central (1-1), derrotaron a Rampla (2-0), a Uruguay Montevideo (3-1), a Sud América (2-0), y perdieron con Miramar Misiones (1-2).

La Luz, de campaña ideal, ganó en los cinco partidos en los que extrañamente -como ya había sucedido el año pasado- se mudó de su barrio Aires Puros en Montevideo para ejercer la localía a 180 kilómetros, en Colonia del Sacramento, en el estadio Alberto Suppici. De las cinco presentaciones, en dos fue local en Colonia y en las otras tres fue visitante, con dos partidos en Montevideo y uno en Maldonado. El elenco merengue sumó sus importantísimas 15 unidades con las que arrancará la próxima etapa de competición, con victorias ante Progreso (1-0), Atenas de San Carlos (1-0), Juventud de Las Piedras (1-0), Villa Española (3-1), y Cerro (2-1).

La final ya fue fijada para este domingo en el estadio Centenario, y tendrá en juego la Copa Competencia, y asegurarse un lugar en los playoff por el tercer ascenso, pero no los tres puntos en disputa, que no se acumulan para la tabla del Uruguayo, que será la tabla que finalmente decida los dos ascensos directos y los tres o cuatro cupos de playoff, dependiendo si el campeón del Competencia consigue el ascenso directo por ocupar uno de los dos primeros puestos de la tabla anual.

El goleador del torneo también saldrá de la final, dado que en cancha estarán Diego Viruta Vera, al momento el máximo anotador con cuatro goles, que en esta temporada defiende a Racing, mientras que en La Luz está Pablo Perla Silva, que tiene dos anotaciones.

Escalera al cielo

La B es una transferencia por 500 costillas vacunas, un gol de arco a arco, o un viejo crack al que le tiran un soutien, y lo hieren más que con una voladora que te deje tatuado una docena de tapones de clavos en el pecho. Es el Panza dibujando por la zurda, el Mamaso sacándola de un dedazo del estadio o el Loco gambeteando de arco a arco haciendo un gol que ni Maradona hubiese hecho, para que un cuervo anule aquella maravilla porque le pareció ver mano o foul.

La Luz, que ayer cumplió 93 años, es dirigido por Julio Fuentes y cuenta en sus filas con una mezcla de jugadores muy experimentados como Edgar Martínez (43 años), Pablo Silva (37), Pablo Fagúndez (36), Jonathan Píriz (35), y el arquero Jhony da Silva (30), con varios jóvenes veinteañeros. Para los merengues ascendidos en la pasada temporada a través del repechaje, esta será su primera final en un torneo de la B.

Racing sigue siendo dirigido por Damián Santín, que el año pasado peleó el ascenso a la A, y si es Racing, es el Lalo Aguilar, que desde el 2006 está con la única camiseta que ha jugado en la B, en la A, y en la Libertadores. Francisco Aguilar tiene 34 años y lleva 16 jugando con la albiverde. Además tiene un grupo de experientes y desequilibrantes futbolistas como el golero duraznense Rodrigo Odriozzola (33), Gastón Bueno (38), el Pájaro Mauricio Prieto (37), el Rulo José Varela (33), y el goleador del campeonato, Diego Vera (37), pero además con la potencia de Luis Gorocito, y las recientes incorporaciones del Koala Agustín Ocampo y el mediocampista Patricio Gregorio.

¿Hay lugar ahí?

Ahora sí, a preparar el mate cada sábado y revisar el presupuesto de boleto, tortas fritas y maníes. Por 22 sábados, los 12 equipos estarán jugando en sus canchas, en su zona de influencia, en dos ruedas en las que se enfrentarán todos contra todos. Hay excepciones, claro: seguramente el Palermo será el nuevo set televisivo de Tenfield y albergará partidos de distintas barriadas y ciudades, estará difícil que los de Aires Puros lleguen con asiduidad a la ciudad de la calle de los suspiros, o que la IASA nos lleve al callejón del Fossa, pero las canchas de la B estarán ahí, queriendo volver a ser canchas de la A, como el Tróccoli, el Olímpico, el Roberto, el Obdulio, el Paladino, el Parque Artigas, y ojalá que el Méndez Piana, después de dejar de ser deck del Centenario en la final de la Libertadores. Volverá a ser en los barrios, en las canchas, llegando a cada esquina .

La otra semana, después de la final, el torneo tendrá sus clásicas dos vueltas todos contra todos, en este caso arrastrando los puntos de la fase inicial para la tabla anual, pero sin contar los puntos del La Luz–Racing del domingo en el Centenario. Como sucede desde hace un tiempo, los dos primeros en la suma de puntos (los de las dos ruedas más lo que arrastran del Competencia) serán los que asciendan a la A para la temporada 2023. El tercer ascenso se disputará con playoff.

Para la parte baja de la tabla hay otro cambio: los dos últimos no descenderán directamente, sino que jugarán repechajes frente al tercero y el cuarto de la Primera Amateur –la C–. Esto será porque los dos primeros de la C subirán directamente, ya que para 2023 la B tendrá 14 equipos.

Posiciones

Club Puntos
La Luz 15
Racing 10
Rampla 10
Progreso 9
Miramar 8
Atenas 7
Sud América 7
Uruguay Montevideo 6
Juventud 5
Cerro 4
Villa Española 3
Central Español 1