Este lunes puede terminar la Liga Uruguaya de Básquetbol. Para que eso suceda Biguá debe ganarle a Peñarol la cuarta final. Si lo hace, el pato de Villa Biarritz se convertirá en bicampeón. La cita es en el Antel Arena cuando la pelota vaya arriba, a partir de las 21.15.

Biguá llega con la chance de barrer la serie, una cosa impensada cuando se supieron los finalistas. Peñarol venía de pasar por arriba a Aguada, candidato siempre, y un escenario en el que no pudiera ganar ningún partido en tres intentos era ilógico. Pero sucedió. Biguá está fuerte, en la última final se fajó para poder llevarse el punto y lo logró con un juego diferente al que desea: no de transiciones cortas y altos porcentajes desde el tiro exterior, sino buscando romper hacia el aro o habilitando una y otra vez al dominicano Luis Santos, alta figura del campeonato.

Peñarol, ante el triple match point en contra, sólo pude aspirar a ganar cuatro juegos en línea. Claro, primero el primero, que es justamente el de este lunes. Los de Pablo López tienen su última versión como punto fuerte: mucha marca, hacer buenos cambios para no dejar tirar cómodo, defender en primera línea para no dejar jugar transiciones rápidas y cargar el rebote, tanto defensivo como ofensivo. El argentino Nicolás Aguirre, la última alta tras la baja médica del mexicano Orlando Méndez, se acopló bien al equipo y este lunes puede ser decisivo.

Destacar un punto alto de Biguá, que está a un juego de levantar la copa, no sería justo. Muy bien dirigidos por Diego Cal, los de Villa Biarritz están en su mejor momento. Santiago Vidal juega y hace jugar, los extranjeros son de lo mejor de la Liga Uruguaya, si Diego Pena García está con la mano caliente y tiene buenos porcentajes abre cualquier defensa, pero además tiene profundidad en los recambios y, por si fuera poco, más allá de las individualidades, su fuerte es el juego colectivo.