Juntos: la primera Copa AUF Uruguay es un crisol de clubes de la mayor parte del territorio nacional

Un hito histórico se construye, no se genera ni azarosa ni espontáneamente. Un acontecimiento que entra en la historia es consecuencia de una serie de eventos anteriores que implican ideas, deseos, proyecciones, desencuentros, consensos, acciones imperfectas, otras desastrosas, otras que renacen y toman cuerpo, y empujan y empujan a pesar de los obstáculos de todo tipo y con el virtuosismo de querer llevarlo adelante.

Uruguay y el fútbol tienen una relación tan estrecha que hay un sincretismo entre pueblo y pelota que no permite separar el concepto de patria del de patria futbolera.

Entonces ¿qué es el fútbol para nosotros? El fútbol es parte de un todo de las vidas de algunos de nosotros en estos confines del mundo. El fútbol nos legó un primigenio concepto de patria a través de las emociones del Indio Pedro Arispe en Colombes: “Para mí, la patria era el lugar donde, por casualidad, nací... Era el lugar donde trabajaba y se me explotaba... ¿Para qué precisaba yo una patria? Pero fue allá, en París, en Colombes, en los Juegos Olímpicos de 1924, donde me di cuenta de cómo la quería, cómo la adoraba, con qué gusto hubiese dado la vida por ella”.

Uno de los pocos que insistieron en mirarlo y promoverlo, aunque no en jugarlo, fue don José Batlle y Ordóñez, quien sostuvo y promovió su práctica, y entendió el deporte, y en particular el fútbol, como elemento de cohesión de los pocos criollos y los muchos llegados de los barcos que con la celeste se hibridaron e hicieron de aquel aluvión acrisolado de inmigrantes a los uruguayos.

Desde aquel tiempo pensamos, soñamos y empujamos por una competencia nacional y absoluta, democrática y abierta, ecuánime hasta que empieza a rodar la pelota en cada partido.

Ideas, cientos. Propuestas, decenas. Planes y proyectos, incontables. Intentos, unos pocos. Sueño de a miles en generaciones que han atravesado un siglo en Uruguay: una copa o campeonato que involucre a todo el territorio nacional, a todo el espectro futbolero institucionalizado, hasta el martes 14 de junio de 2022 en la ciudad de Durazno, ninguno.

El nacimiento de la Copa AUF Uruguay es sin dudas un hito histórico para el deporte y para nuestra sociedad. Su desarrollo, su praxis, sus problemas y sus éxitos seguirán haciendo perfectible el evento, pero su realización es ya una enorme marca en un camino necesario.

Viejo expediente

Esta Copa Uruguay comenzará en menos de una semana con cuatro partidos que se fijarán este jueves, pero en un papel con registro de posible expediente nació en 2017, cuando el Consejo Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) se planteó sus lineamientos para 2018 con casi una decena de objetivos programados, un par de ellos particularmente trascendentes para concretar el anhelo de un fútbol absolutamente integrador y nacional: la implementación de la forma y las condiciones de disputa de la Copa Uruguay como torneo integrador del fútbol a nivel nacional; y la concreción de la disputa de un torneo nacional juvenil.

En ese entonces estaban Ignacio Alonso y Jorge Casales empujando para que la Copa Uruguay pudiese ser realidad.

Una aspiración para mejorar la competencia, pero además para explotar debidamente el fútbol como espectáculo popular y propio en cada uno de los rincones del país, y no como circunstancial plaza de alquiler para que los pobladores y aficionados locales queden con la ñata contra el vidrio mientras viene el cuadro de la capital.

Jorge Casales, el puntal e impulsor de esta realidad, lo contó para miles que presenciaban por AUF TV el sorteo desde Durazno: “Llevó mucho tiempo y lo primero que hubo que hacer fue soñarlo. Fueron muchos años; ya en 2018 estaba propuesto como posibilidad. Hubo que trabajar muchísimo. Se financia una gran parte con fondos de la Conmebol, y hacemos posible que los equipos puedan competir sin costos de espectáculo ni de transporte. El camino se hace al andar. Lo fundamental es empezar. Es un día histórico para el fútbol uruguayo, un día histórico en los 120 años de la AUF”.

Ignacio Alonso, el presidente de la AUF, también acompañó el sueño: “En ese mundo tan lindo que es el fútbol, una cantidad de sueños hoy empiezan a rodar. Lo más importante es la gloria de ser el primer campeón”.

Donde el diablo perdió el poncho

Para ser el primer campeón habrá que ser mejor que otros 75 clubes de 29 ciudades de la mayor parte del país, de sur a norte y de este a oeste. Habrá 77 partidos en un lapso de 19 semanas desde junio a noviembre, cuando su primera gran final se juegue en el estadio Centenario. La Copa Uruguay será el primer torneo institucionalizado por la AUF con un número tan alto de participantes y con tanta representación de instituciones por todo el país.

La Copa Uruguay tendrá un número récord de participantes en un mismo torneo: nunca en la AUF ni en la Organización de Fútbol del Interior (OFI) se jugó un campeonato con tantos clubes a la vez, 76, ni de tantas divisionales juntas. Juegan 52 equipos de la AUF de sus cuatro divisionales establecidas (A, B, C y D) y 24 de la OFI, los participantes de la Copa Nacional de Clubes A.

Los 77 partidos hasta alzar la copa se dividen así: ocho en fase preliminar, a dos por zona, en la que no entran los equipos profesionales. Serán los primeros históricos partidos de la Copa Uruguay y tendrán como protagonistas a Huracán de Rivera frente a Canadian y Tacuarembó frente a Cooper en la zona Norte; a los minuanos Barrio Olímpico y Lavalleja eliminándose por el sorteo del azar entre sí, y a Basáñez ante Ituzaingó de Punta de Este en el Este. Del otro lado jugarán Oriental de La Paz ante Bella Vista de Montevideo, y Progreso de Estación Atlántida frente a Alto Perú en la zona Sur Metropolitana, mientras que en la Centro Litoral, Quilmes de Florida recibirá a Platense y Durazno a Salus.

Luego sigue con una ronda de 24 partidos en la primera fase, a la que se incorporan diez clubes de la Segunda División Profesional. Habrá 12 encuentros en la segunda fase entre los ganadores de la etapa anterior.

En la tercera fase, en la que habrá 16 partidos, se incorporarán todos los clubes de la Primera División más Progreso y Miramar Misiones de la Segunda División, y Central de San José y Juventud de Colonia de la OFI, y así se seguirán eliminando hasta la final.

Hay un número que los conducirá al camino de una integración territorial de las competencias más justa. Habrá en esta primera edición 39 participantes de Montevideo y 37 del interior: seis de Canelones, cuatro de Maldonado, tres de San José, Colonia, Rocha y Paysandú; dos de Florida, Salto, Lavalleja, Soriano y Tacuarembó; más uno de Cerro Largo, Durazno, Rivera, Río Negro y Flores, que a su vez remiten a 28 poblaciones: Juanicó, Santa Lucía, Parque del Plata, Estación Atlántida, La Paz, Las Piedras, Maldonado, Punta del Este, San Carlos, Piriápolis, San José, Colonia del Sacramento, Juan Lacaze, Rocha, Paysandú, Florida, Sarandí Grande, Salto, Minas, Cardona, Dolores, Tacuarembó, Melo, Durazno, Rivera, Fray Bentos y Trinidad.