La selección femenina uruguaya acaba de vencer a su similar de Bolivia en dos partidos con goleadas de 5 a 0 el jueves y 7 a 0 el domingo. Esos encuentros estaban pensados como última prueba de exigencia previa al debut en el torneo sudamericano, el que tiene carácter clasificatorio para la próxima Copa del Mundo a realizarse el año que viene en Australia y Nueva Zelanda.

Uruguay debutará en la Copa América a jugarse en Colombia el sábado 9 de julio ante Venezuela. Luego vendrán los encuentros con Brasil el martes 12, con Argentina el viernes 15 y culminará su actuación en el grupo B frente a Perú el lunes 18.

Comentar partidos de una selección nacional que le hace una docena de goles a un rival determinado en dos partidos puede resultar en una crónica con muchos superlativos y quedarse en la excelencia de una gestión, sin analizar el entorno. Intentaremos una observación global y, a la vez, volcar una opinión que importa, la del entrenador principal de la selección femenina de fútbol.

Lo primero es constatar el éxito obtenido en esa prueba final. Las goleadas llegaron con rúbrica de actuaciones muy convincentes plasmando superioridad total sobre el rival. Y en el segundo partido, cuando se presentó el “equipo de gala”, según la expresión usada por el cuerpo técnico celeste antes del primer partido, la conformidad fue mayor porque se vio –con las presuntas titulares en la cancha– mucha solidez, una formación que va al frente con una capacidad goleadora múltiple, manifestada en jugadoras atacantes de mucha capacidad.

Las 11 fueron, en 4-3-3, Olivera; Felipe, Lorena González, Lacoste, Ferradans; Cecilia Gómez, Pamela González, Karol Bermúdez; Wendy, Esperanza, Carito.

Uruguay fue infinitamente superior a una muy débil expresión de Bolivia. En este punto es que hay que relativizar la victoria, su contundencia y su valor a futuro. Esto no significa negar lo visto, lo evidente, que la selección va bien preparada, que las jugadoras se ganaron su lugar con su historial y sus sucesivas presencias en diversos amistosos internacionales anteriores a estas goleadas tan expresivas.

Entusiasmaron los tres goles de Carolina Birizamberri más el que hizo a los dos minutos del partido del jueves, también los otros tres de la arachana Wendy Carballo y sus dos golazos del primer encuentro, como el golazo de Karol Bermúdez el jueves y su calidad veinteañera; la tripleta ofensiva que se atrevió a poner Longo con Carito, Wendy y una Esperanza Pizarro que se reencontró con la buena jugadora que es.

Además, como destaque, el crecimiento indudable de Cecilia Gómez, que le hace ganar titularidad; la conducción de la sanducera Pamela González, más la certidumbre de buenos rendimientos de la línea de cuatro final con Laura (así se hace llamar Carina Felipe). Además de la de Barrio Sur y River argentino, las experimentadas Lacoste y Lorena González y la juvenil Ferradans, que juega como veterana.

Lo que viene

Lo que viene es la Copa América. El nivel de la oposición subirá muchísimo y contrastará con la Bolivia última del Ranking FIFA entre equipos sudamericanos. Adecuarse a defender en bloque también será prioritario para mantener la capacidad atacante ya demostrada cuando toque jugar ante venezolanas, brasileñas y argentinas. Perú sería el “bollito” del grupo, con todo respeto, como se dice.

Hubiera sido mucho mejor hacer lo que ya se hizo tiempo atrás: confrontar con los “difíciles” del otro grupo, es decir, Chile, Paraguay, incluso Ecuador. Vino Bolivia y tal vez no ubicó en el nivel más exigente a las nuestras, que deberán afrontar con éxito para conseguir uno de los cinco “premios” que estarán en juego en Colombia (tres selecciones se clasificarán directamente a la Copa del Mundo y otras dos irán al Clasificatorio Internacional por tres puestos coperos entre diez aspirantes desde el 17 a 23 de febrero de 2023). De todas formas, de alguna forma sirvió, y ya quedó dicho.

Longo en versión libre

Luego de los chequeos, el entrenador nacional Ariel Longo ya decidió, de inmediato, cuáles serán las 23 jugadoras (tres de ellas goleras) que nos representarán en la ciudad de Armenia.

En una conferencia de prensa Longo se mostró “conforme” con el rendimiento del domingo, “con el primer tiempo y grandes lapsos del segundo donde se aflojó un poquito”. “Lo que pasa –agregó- es que cuando se va ganando 5 a 0 es bravo seguir incentivado, pero, en definitiva, Josefina [Villanueva, la golera del segundo tiempo] no tocó una pelota”.

Destacó que en el segundo partido se “aplicó más la dinámica colectiva que no se utilizó en el partido anterior cuando se hizo en forma individual, en tanto este equipo está trabajado para que todo sea colectivo”.

Cuando fue consultado sobre su parecer sobre los rivales que tendrán en Colombia, dijo que “en la serie nos tocaron tres platos de sopa; será muy interesante para saber dónde estamos parados como país que viene subiendo la escalera de a un escalón”. Y agregó: “Es muy buena la oportunidad de enfrentar a las potencias de América y sortearlas. Nosotros estamos muy ilusionados y con mucha fe de poder dar el paso para estar en el Mundial”.

Dejó algo desconcertados a los periodistas cuando, a continuación, fue consultado sobre cuál sería el partido más duro de la serie: “Para mí el tema determinante es el último, con Perú. Yo me tengo mucha fe para los partidos difíciles, pero no me quedé conforme en el primer partido porque, siendo superior a tu rival, tenés que saber manejar el partido, los tiempos, tenés que ser protagonista y, en vez de eso, en el segundo tiempo, [las jugadoras] dividieron todo en vez de manejar los hilos del partido, lo que sí hicieron el domingo, sobre todo en el primer tiempo”.

Dio una visión interna del plantel: “Las jugadoras están muy afiladas, muy entusiasmadas por la opción que tenemos de estar en el Mundial y lo que trato es que no se desequilibren, que tengan la medida justa”.

Al final se le mencionó a Brasil y ahí, algo sorprendió. Dijo Longo textualmente: “A mí me da la impresión que vamos a poder alternar mucho el plantel para poder tener mejores resultados”.

Quedó esbozado, entonces: en el segundo partido algunas titulares dejarán su lugar. Y cerró con una convicción: “Me tengo mucha fe con los tres rivales potentes”. La obviedad es perdonable: esos rivales son Venezuela, Brasil y Argentina, en ese orden, y no Perú.

Las 23 celestes

Sofía Olivera (UAI Urquiza)
Josefina Villanueva (Nacional)
Vanina Sburlati (Peñarol)
Daiana Farías (Racing Power, Portugal)
Carina Felipe (River argentino)
Lorena González (libre)
Stephanie Lacoste (Real Oviedo)
Antonella Ferradans (Nacional)
Sofía Ramondegui (Peñarol)
Stephanie Tregartten (Ceibal, Salto)
Cecilia Gómez (Nacional)
Pamela González (Granada)
Karol Bermúdez (Mineiro)
Zulma Daer (Arachanas)
Luciana Gómez (Mineiro)
Rocío Martínez (Nacional)
Mariana Pion (Libertad Limpeño)
Sindy Ramírez (San Lorenzo)
Ximena Velazco (Peñarol)
Carolina Birizamberri (River argentino)
Belén Aquino (Peñarol)
Wendy Carballo (Peñarol)
Esperanza Pizarro (Santa Teresa Badajoz)