Con un gran partido de su línea defensiva, especialmente de Sergio Rochet, los centrales Leonardo Coelho, Nicolás Marichal, y su eje, Yonatan Rodríguez, Nacional derrotó en Santa Fe a Unión 2-1, en el partido de vuelta de los octavos de final de la Sudamericana, y alcanzó los cuartos de final del torneo en que deberá enfrentar al ganador de la serie entre Olimpia y Goianense. Los goles fueron todos en el segundo tiempo. Empezó ganando Unión con gol de cabeza de Emmanuel Britez, y lo dio vuelta el tricolor con goles que vinieron desde el banco: primero fue el Colo Juan Ignacio Ramírez, y después el Pumita José Luis Rodríguez para el 2-1 que otorgó una victoria global de 4-1, sumando el 2-0 de Montevideo.

¿Insostenible?

El partido le permitía a Nacional sostenerse, porque esa ventaja de la primera parte de la eliminatoria, aquel 2-0 con el que arrancó a las 19.15 de Santa Fe, era un elemento fundamental para administrar el comienzo del trámite. Alcanzaba con una acción eficiente y sostenida de su defensa. Sucede que eso no puede ser para siempre, porque la eficiencia absoluta, en una competencia en que hay un colectivo que con su rol antagónico modifica la acción protagónica de la defensa, no procede durante un tiempo tan extenso. En 15 minutos no había existido ni una jugada de peligro, pero Nacional ya tenía a su línea de cuatro con dos tarjetas amarillas.

Recién después de los 20 minutos, Nacional empezó a ocuparse de no dividir la pelota y a tenerla más, lo que fue coincidente con el cese de la presión bien arriba que intentaban imponer los santafesinos.

La falta de pericia técnica en la administración de la pelota y la inestabilidad de la cancha ponían en cuestión cada acción tricolor aguantando el partido.

Llegando a la media hora, una internada de Brítez con recorte para Jonatan Álvez generó la más peligrosa de Unión, cuando entre Camilo Cándido y Rochet bloquearon el remate del de Vichadero.

Cinco minutos después, el palmirense Rochet estiró su invicto con una increíble atajada a la salida de un córner. Terminar la primera parte sin goles no fue un dato estadístico para engrosar el récord de Sergio Rochet, sino un importante componente anímico para administrar mejor la ventaja obtenida en Montevideo.

Juego clasificado

Está claro que, en cualquier otra circunstancia, en un partido donde lo que se juega no son los tres puntos sino la clasificación, los espectadores, y también los protagonistas, quedarían incómodos e inconformes al jugar un partido así, pero esto está dicho y comprendido: se juega para clasificar. Entonces, la conformidad de tal circunstancia va retroalimentando a los que parece que la están pasando mal, y va pasando ese pinchazo de la insatisfacción a los rivales.

Por eso, ese primer ahogo del comienzo del segundo tiempo que sufrió Nacional fue cediendo con la respuesta siempre eficiente y concentrada de su defensa. Los de atrás sacaban, pero la pelota rebotaba como frontón sin que nadie de Nacional pudiese sostener ni una.

Pablo Repetto acudió a un paquete de cambios para paliar la situación y entraron el Pumita Rodríguez, Leandro Otormín y el Colo Ramírez, quienes mejoraron las prestaciones del equipo desde fuera de su área hacia delante.

De inmediato, a los 25, llegó el gol de Unión. Fue en un tiro libre en forma de centro que le llegó a la cabeza de Brítez, que cabeceó solo para vencer a Rochet.

Un golpazo importante como para poder responder debidamente. Quedaban 20 minutos y pocas herramientas efectivas para resolver un expediente complicado.

Hervían las tribunas del 15 de Abril, y los tatengues empujaban por todos lados, pero esto es fútbol, y cuando faltaban 13 minutos, un pase entre línea de Didi Zabala, una internada inteligentísima de Otormín y un ingreso fulminante del Colo Ramírez hicieron explotar las redes y poner el 1-1 en el primer tiro al arco que Nacional hizo en 77 minutos de juego.

Los niveles de efectividad de los tricolores se multiplicaron a los 84, cuando en un contragolpe, Felipe Carballo roló y jugó la pelota en profundidad para el Pumita Rodriguez, que entrando al área hizo el segundo tiro al arco de Nacional, que fue el segundo gol porque el tiro de Rodríguez terminó venciendo la resistencia de Santiago Mele.

La victoria, la clasificación y el objetivo estaban asegurados, y Nacional pasó a estar entre los ocho mejores de la Sudamericana.