En un proceso que va lento pero firme, el Frente Amplio sigue con su renovación interna. La semana pasada, la fuerza política que gobernó Uruguay durante 15 años y que en las últimas elecciones nacionales perdió contra un surfista exalumno de The British Schools y bisnieto de Luis Alberto de Herrera avanzó un casillero más en su aggiornamiento: tras dos décadas, el senador Eduardo Bonomi finalmente vendió su Lada Samara.

“Me costó mucho: uno se aquerencia con las cosas, y los autos no son la excepción, pero ta, no daba para más, Susana [Pereyra, diputada por Montevideo y su pareja] me dijo que nuestro amado vehículo ensamblado en la Unión Soviética ya había cumplido un ciclo, y tenía razón... Ojo, tampoco es que voy a pegar un Chrysler, eh, jajajajajaja; ¡voy a ver si me compro un chino!”, explicó el otrora ministro del Interior.

Desde la coalición de izquierda adelantaron los próximos objetivos del recambio generacional: que se prohíba la invención de pasos para bailar los jingles de campaña, que se deje de considerar “muy joven” para cualquier candidatura a alguien menor de 75 años y que los afiliados que todavía no se hayan notificado de la caída del Muro de Berlín, ocurrida en noviembre de 1989, se notifiquen a la brevedad.