Durante una semana, Montevideo estuvo en el centro de la atención futbolística de Sudamérica, debido las finales de las copas Sudamericana, Libertadores Femenina y Libertadores, que se jugaron entre el sábado 20 y el sábado 27. Desde el gobierno consideraron que la organización de los tres partidos puede servir “como antecedente para experiencias similares”, aunque por el momento no hay nada concreto. “Hemos tenido algunas consultas, pero muy preliminares. El único ofrecimiento concreto fue para organizar la final de la primera división de Sudáfrica, la Liga Premier, pero luego de analizarlo concienzudamente, decidimos rechazarlo”, indicó el presidente Luis Lacalle Pou.

La posibilidad de que la final de este torneo se juegue en Montevideo “entusiasmó” al mandatario, ya que “la idea de que vengan al país decenas de hinchas sudafricanos a gastar dinero a nuestro país le gusta a cualquiera”. De todas maneras consideró que “aún para un país como Uruguay, que apostó a la libertad responsable y a no cerrar la economía, dejar entrar una variante sudafricana sería demasiado”.

Es que, según explicó Lacalle Pou, habilitar los viajes hacia y desde Sudáfrica sería más peligroso aún que dejar abiertos los free shop de la frontera con Brasil en el momento en que este país era el principal generador de variantes del coronavirus a nivel mundial. “Con gran dolor en el alma tuvimos que decirle adiós a todos esos rands sudafricanos que podíamos haber ganado”.