Si bien las conversaciones mantenidas en los últimos días entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, parecían haber aliviado un poco las tensiones por la crisis migratoria entre este último país y la Unión Europea, ayer la confrontación volvió a subir de tono. El mandatario bielorruso advirtió que si no se llega a una solución diplomática del conflicto y la Unión Europea ataca militarmente a su país, este responderá arrojando migrantes mediante gigantescas catapultas. “Quizás la Unión Europea considera que su superioridad militar es tan grande que un ataque suyo nos dejaría sin capacidad de respuesta. Esto es completamente falso. Nuestras catapultas tienen el alcance suficiente para llegar a Berlín y París y causar un daño considerable en claraboyas, jardines de azotea y espacios abiertos en general”.

Lukashenko aseguró también que su país cuenta con “municiones más que suficientes” para consumar un ataque de este tipo. “Según el plan elaborado por nuestros estrategas militares, en la primera fase del ataque arrojaríamos a los sirios, afganos, yemeníes e iraquíes. Si esto no es suficiente, empezaríamos a arrojar homosexuales, feministas y judíos. Y si estas municiones se nos acaban, pasaríamos a los periodistas opositores, los adictos a las drogas, los pacifistas y muchos otros grupos más. De hecho, salvo mi familia y yo, todos los bielorrusos pueden ser llamados a defender a su patria”.