Según casi todos los analistas, la cumbre virtual del lunes entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, no arrojó grandes resultados desde el punto de vista de la relación bilateral. De todas maneras, también existe consenso en que Xi se anotó unos cuantos puntos ante la comunidad internacional como anfitrión de la cumbre, ya que esta tuvo lugar en un par de televisores chinos. “Hay algo que debería quedarle claro a todo el mundo: esta cumbre no se desarrolló en un terreno neutral. Los dos mandatarios estaban presentes en aparatos de televisión de origen chino. Eso claramente convierte a Xi en el organizador del encuentro”, escribió un columnista del New York Times.

Esta visión es apoyada por el propio mandatario chino, que al inicio de la cumbre del lunes había expresado: “Le doy la bienvenida al presidente de Estados Unidos a estos maravillosos modelos de diferentes marcas pero fabricados en mi país. Espero que tanto el señor Biden como sus colaboradores se sientan cómodos con la calidad de imagen y de sonido de nuestros televisores”.

Al otro día del encuentro, Xi consideró en una entrevista televisiva que “la cumbre fue un verdadero éxito diplomático para China, que fue capaz de demostrar su supremacía en el terreno de la fabricación de aparatos electrónicos. Biden claramente no podría albergar jamás una cumbre de este tipo, porque ellos ya no fabrican televisores”.