El presidente del comité organizador del Mundial de Catar 2022, Nasser Al-Khater, aclaró ayer en una entrevista televisiva que la práctica de la homosexualidad, que es ilegal en ese país, no será perseguida durante este evento. Y, si bien reclamó que los homosexuales “respeten la cultura” catarí y no hagan demostraciones de afecto entre ellos en público, también aclaró que su gobierno diseñó una solución para que “no tengan que reprimirse”. “Vamos a instalar armarios en las principales ciudades, y especialmente dentro de los estadios. Aquellos homosexuales que quieran tocarse la mano o besarse podrán hacerlo allí dentro, sin que nadie los moleste. Quizás va a ser más cómodo que en sus propios países, donde este tipo de prácticas no están penadas por ley pero despiertan miradas incómodas”.

Desde la FIFA catalogaron la solución propuesta por los organizadores del mundial como “la demostración de que, contrariamente a lo que muchas personas quieren hacerle creer al mundo, Catar no es una nación atrasada ni gobernada por bárbaros, sino un país tolerante que simplemente quiere evitar que sus ciudadanos tengan que pasar por el momento incómodo de azotar con un látigo o lapidar a dos hombres por besarse en público. Esperemos que el tiempo también permita demostrar que las acusaciones de que se mueren cientos de trabajadores extranjeros en la construcción de los estadios son igualmente falsas”.