Finalmente, el destino tendió una mano a Alegandro Boslo, un uruguayo de 78 años que desde el 6 de agosto de 1980 se encontraba por cruzar la calle en la rotonda del Palacio Legislativo, sin éxito. La historia es digna de ser contada en un libro, y por qué no también, en una película, ya sea de Hollywood o de las que pasan en Cinemateca, que nadie va a ver, pero quedás como un fenómeno si las conocés.

“Hacé las cuentas, nomás: tenía 37 años de edad, hoy tengo 78 pirulos... pasaron cuarenta y un (41) años, nunca pude encontrar un momento en el que los autos pararan y me dejaran cruzar, fijate que cuando empecé a estar varado, ni siquiera estaba construido el edificio anexo al Palacio Legislativo, y hoy está funcionando hace pila, dejá quieto, tas loco”, reflexiona Boslo.

Para Alegandro, que lo hayan rescatado es como haber nacido de nuevo: “imaginate, estoy chocho; ojo, tampoco son todas buenas: perdí el bondi, obviamente, y los boletos que tengo ya no me sirven, por supuesto; tampoco me acuerdo de dónde queda mi casa, no sé qué habrá pasado con mi familia y siento que desperdicié mi vida, pero bueno, fuera de eso, estoy chocho, sí”.

Fuentes de Tránsito de la Intendencia de Montevideo, consultadas por este medio, eligieron no dar declaraciones, aunque, off the record, le sacaron el culo a la jeringa y le echaron la culpa al demente este, que no puede ser que pase cuatro décadas para cruzar una calle, que sí, que es brava esa intersección, pero que no joda, que pudo haber encontrado un ratito.