A pesar de la pandemia, el primer año del gobierno encabezado por Luis Lacalle Pou se caracterizó por una fuerte restricción en el gasto estatal. Entre los principales dirigentes de la coalición multicolor y en círculos empresariales este hecho es visto como algo auspicioso, aunque algunos consideran que también enciende algunas señales de alarma. “La gran paradoja de lo que nosotros llamamos la administración responsable de los fondos públicos es que, cuanto más se recorta, menos hay para recortar. Es como que las políticas de recortes se recortan a sí mismas”, explicó una fuente del equipo económico.

Para solucionar este problema, el gobierno va a implementar un plan “ambicioso y revolucionario” consistente en agrandar el Estado y así poder continuar eliminando gastos. “Según nuestros cálculos, para fines de 2023 el Estado va a haber sido reducido a cero, por lo que ya no se podrán hacer recortes. Y, honestamente, si no hacemos recortes no sabemos muy bien qué más se puede hacer. La solución, definitivamente, pasa por crear nuevos escenarios”, indicó la fuente consultada. Entre las estrategias para generar posibilidades de recorte se encuentran un mayor apoyo a la educación y a la ciencia y un impulso a la construcción de viviendas, entre otras cosas. “Va a ser un placer arrasar nuevamente con todo lo que se parezca a un estado de bienestar”, expresó el integrante del equipo económico.