Ayer se cerró la agenda para la primera fase del plan de vacunación contra el coronavirus y si bien se alcanzó un buen número de inoculaciones, la cantidad de personas que se inmunizaron fue menor que la esperada, al punto que sobraron 30.000 dosis que serán enviadas las ciudades fronterizas con Brasil. Ante esta situación, desde el gobierno decidieron cambiar la estrategia comunicacional para estimular la vacunación. Un jerarca del Ministerio de Salud Pública (MSP) explicó que “decir que las vacunas son seguras claramente no convenció a todo el mundo, así que ahora vamos a transmitir la idea de que si todos nos damos la vacuna y nos transformamos en mutantes, ser mutante va a ser normal, y quienes mantengan las características de los seres humanos actuales van a ser señalados por la calle, ridiculizados y discriminados. O sea, el que se arriesga es el que no se vacuna”.

En el MSP evalúan que la exhortación a la solidaridad puede haber sido “una equivocación”. “Sospechamos que esa es la causa de los resultados decepcionantes. Más que mensajes serios y enérgicos, ahora vamos a apostar a quitarle dramatismo a los posibles efectos secundarios de las vacunas. La verdad es que no sabemos si las vacunas son seguras o no, si curan el coronavirus o no, o si van a generar mutaciones. Pero hoy en día eso es lo de menos. Si logramos convencer a las personas de que ser mutante no es tan malo, el éxito del plan está asegurado”.