La destrucción de un edificio en la Franja de Gaza donde funcionaban las agencias de las cadenas de noticias AFP y Al-Jazeera por parte del ejército israelí generó numerosas críticas a nivel internacional. A pesar de eso, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró que se trató de una acción “completamente legítima”, debido a que el edificio era usado como base de operaciones por los mandos de Hamas. Además, consideró que el episodio “dejó en evidencia el sesgo anti israelí de buena parte de la prensa internacional, que solamente cubre los misiles que les dispara el ejército israelí, para de esta manera dejar a los palestinos como víctimas”. “¿Por qué sólo hacen referencia a los proyectiles israelíes que están dirigidos a sus cabezas? ¿Por qué esa obsesión con las acciones del ejército de mi país? Eso no es libertad de expresión, eso es antisemitismo. Si no pueden hacer una cobertura balanceada, deberían llamarse a silencio”, sugirió el premier.

El ataque no produjo víctimas entre el personal de AFP y Al-Jazeera, que se encontraba fuera del edificio, pero Netanyahu dijo que “si hubiera muerto alguien la culpa hubiera sido de Hamas, que usa a los periodistas como escudos humanos. Y hace lo mismo con el personal médico, las brigadas de ayuda humanitaria, los niños, los adultos, los ancianos, y prácticamente todos los habitantes de la Franja de Gaza. Es imposible que en un lugar con tantos escudos humanos no terminemos matando algún que otro civil”.