Ayer varios jerarcas del gobierno y profesionales de la salud advirtieron sobre el riesgo epidemiológico que representa el aumento en el número de personas que viajan al exterior. Es que la posibilidad de que las mutaciones del coronavirus que circulan en todo el mundo ingresen al país es una de las principales preocupaciones de las autoridades. El presidente Luis Lacalle Pou declaró ayer que hay una estrategia para combatir la amenaza de estas nuevas variantes, que consiste en desarrollar nuevas variantes de irresponsabilidad. “Hay algo que es de sentido común: si el virus muta, nuestras estrategias también deben mutar. A la variante P1 la combatimos echándole la culpa a la ciudadanía y despreciando la voz de la ciencia. Si entra la variante Delta, hay que buscar otro tipo de accionar irresponsable por parte del gobierno, y así con todas las mutaciones”, explicó el mandatario.

En el caso concreto de la variante Delta, que hoy en día es considerada la principal amenaza, Lacalle Pou maneja la posibilidad de salir a decir en televisión que el coronavirus es un castigo divino y que la gente que no peca no debe temerle. Aún no se ha definido qué estrategias se usarán para combatir otras mutaciones, aunque sí hay “ideas sueltas”, como, por ejemplo, colocar un impuesto a la actividad sindical y con lo recaudado desarrollar una vacuna o premiar la conducta de los ciudadanos responsables con entradas para ver la final de la Copa Libertadores de América.