En el año 1693 el pueblo estadounidense de Salem fue el escenario de una persecución a decenas de mujeres a las que se acusó de brujería. Muchas de ellas fueron ejecutadas, mientras que a otras se las indultó. Pero en el caso de la joven Elizabeth Johnson no ocurrió ninguna de las dos cosas, y las autoridades estatales quieren remendar esta situación, otorgándole oficialmente el perdón. “Es muy emocionante que finalmente, luego de más de tres siglos, me otorguen el perdón. Más allá de que en todo este tiempo me las arreglé bastante bien para mantenerme alejada de las hogueras, siento que es una forma de que se reconozca el daño que se me hizo con todas esas acusaciones infundadas”, declaró Johnson, que ahora tiene 350 años y vive entre las crestas de los árboles de un bosque cercano a Salem.

La mujer, que en la actualidad se dedica a preparar pócimas que transforman a las personas en ratas, recordó que los juicios de 1693 “fueron una locura total, con personas diciendo que yo era bruja, que tenía poderes sobrenaturales y no sé cuántos disparates más. Hasta el día de hoy, cuando han pasado más de tres siglos, me sorprende hasta qué punto la gente asustada puede llegar a creer cualquier superchería”.

Johnson ya anunció que piensa asistir al homenaje que se le va a realizar en Salem. “Me llena de honor que quieran homenajearme, así que voy a volar hasta ahí en mi escoba para demostrar mi agradecimiento”.