A pesar de las críticas desde el exterior, los intentos de boicots y las diferencias con la FIFA por la venta de alcohol, el gobierno de Catar considera que el Mundial viene siendo “un éxito”. “Transcurridos ocho días de competencia no ha muerto ningún futbolista extranjero por la sobrecarga de trabajo. Creemos que esto le tapará la boca definitivamente a quienes dicen que aquí se pone en peligro la vida de los extranjeros que vienen a trabajar”, declaró un funcionario gubernamental, quien de todas maneras aclaró que una muerte de estas características “generaría algún problema de imagen, pero tampoco sería tan grave, porque nosotros recibimos todo el tiempo críticas de gobiernos occidentales, denuncias de organizaciones no gubernamentales e informes de prensa hostiles, y sin embargo nos dieron la organización de un Mundial. Es más, al precio al que está el petróleo hoy en día tenemos margen para que se nos mueran hasta diez futbolistas extranjeros. Más que eso sería un problema, pero repito, tenemos margen de sobra”.

El reconocimiento: el gobierno de Catar construirá un memorial para homenajear a los trabajadores fallecidos. Se espera que durante la construcción mueran 200 trabajadores.