Cuando Lula da Silva asuma la presidencia de Brasil serán siete los países sudamericanos gobernados por la izquierda. Esta situación generó en Uruguay un debate acerca de las chances de que el país se pliegue al giro izquierdista de la región. Según algunos expertos, este extremo es “altamente improbable”. “Lo máximo que puede pasar es que el Frente Amplio gane de nuevo las elecciones e insista con su intento de establecer una socialdemocracia tercermundista. Obviamente que, hablando en términos relativos, al lado del gobierno actual va a parecer la Cuba de 1960, pero en términos absolutos no va a ser ningún terremoto”, declaró un investigador de la Universidad de la República. Mientras tanto, un politólogo de la Universidad Católica coincidió en que es muy difícil que la izquierda gobierne Uruguay. “Como mucho, Orsi llegará a la presidencia y pondrá a un astorista en el Ministerio de Economía y Finanzas. La combinación de un presidente conservador en lo social y un ministro conservador en lo económico le ha dado muy buenos resultados al Frente Amplio. Es una idea demasiado buena. Realmente no veo qué motivos tendrían para hacer algo parecido a un gobierno genuinamente izquierdista”.
Alerta en Japón: tras la reunión de Luis Lacalle Pou con el ministro nipón, se da como prácticamente un hecho que la izquierda japonesa llegará al poder en breve.