Periodistas de todo el mundo que viajaron a Catar a cubrir el sorteo de la fase de grupos del Mundial destacaron el avance de las obras de infraestructura, como los estadios, las carreteras y, muy especialmente, las cárceles. “Se trata de espectaculares edificios ultramodernos que, cuando faltan ocho meses para el Mundial, ya están prontos para recibir a las mujeres que enseñen las piernas y a los homosexuales que protagonicen alguna demostración de afecto en público”, reza una crónica del periódico francés Libération.

Un periodista de la televisión alemana que recorrió las instalaciones de una prisión construida en tan sólo tres meses comentó que el edificio “rezuma lujo y opulencia”. “Los barrotes de las celdas son de oro. Los calabozos de aislamiento para las mujeres que no se muestren arrepentidas por haber ofendido a Alá enseñando sus brazos desnudos fueron acondicionadas por los diseñadores de interiores más prestigiosos del mundo. Quienes cuestionaron a la FIFA por haber elegido a Catar no van a tener más remedio que rendirse ante semejante muestra de planificación y eficiencia”.

El aviso en el aeropuerto: “Atención, usted acaba de entrar a un país primitivo pero inmensamente rico. Reprima sus bajos instintos y disfrute del dinero que crece en las palmeras”.