La ONU cerró ayer su convocatoria para eventos catastróficos interesados en irrumpir durante la primera mitad del año próximo. Según António Guterres, secretario general de la organización, el número de eventos catastróficos que se anotaron constituye un récord. “En general tenemos cinco o seis cataclismos que se anotan por semestre. Esta vez fueron una docena y creemos que la convocatoria para la segunda mitad de 2023 va a tener más candidatos aún”. Las 12 catástrofes que se candidatearon para arruinarles la vida a los seres humanos a comienzos del año que viene, es decir, cuando empiecen a dejar de sentirse los efectos de la invasión rusa a Ucrania, se dividen de la siguiente manera: cinco guerras, dos pandemias, dos colapsos financieros globales, una sequía en el Canal de Suez, un meteorito y una invasión extraterrestre. En estos últimos dos casos no está claro si son propuestas serias u obras de bromistas, pero con respecto a las diez primeras, Guterres aseguró que son “más que viables”.

El funcionario recordó además que para 2025 se espera un aluvión de candidaturas de catástrofes ambientales producidas por el cambio climático. “A partir de ese momento no vamos a tener cupos para guerras y pandemias”.

El segundo semestre de 2022: tal como se anunció a fines del año pasado, en julio estallará la burbuja de las criptomonedas y hará colapsar al mundo financiero.