El punto más esperado de las cumbres internacionales suele ser la reunión plenaria, en la que participan los mandatarios. Pero en el caso de la IX cumbre, que comenzó ayer en Los Ángeles, la expectativa ante esta instancia disminuyó considerablemente. Según explicó un representante de la organización del encuentro, la ausencia del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien no fue invitado, sumada a la de Luis Lacalle Pou, en este caso por covid, hizo que se vendieran mucho menos entradas de las esperadas. “Las personas que pagan su entrada quieren recibir un buen espectáculo. Obviamente una pelea entre Lacalle Pou y Díaz-Canel hubiera sido un punto alto, y es lo que mucha gente estaba esperando. La decepción entre el público fue muy grande. De hecho, hasta hubo casos de devolución de entradas”.

La ausencia de los dos presidentes provocó también que se retiraran varios patrocinadores. “Es una lástima, porque este año, por primera vez, colocamos publicidad estática en el salón de reuniones. Pero claro, para las marcas, una cumbre en la que van a pelear dos mandatarios no es lo mismo que una cumbre en donde solamente se van a escuchar discursos aburridos”.

La propuesta uruguaya: el gobierno ofreció enviar a la senadora Graciela Bianchi para suplir a Lacalle Pou, pero Washington rechazó esta posibilidad por ser “demasiado arriesgada”.