Según varios analistas económicos, el desplome de bitcoin, ethereum y el resto de las criptomonedas es la prueba de que finalmente estalló la burbuja del sector. La baja en las cotizaciones hizo que se produjeran corridas y algunas plataformas limitaron los retiros. Esta crisis provocó que muchas de las personas que perdieron grandes sumas de dinero fueran hasta las granjas de minería de criptomonedas para reclamar que les devuelvan sus ahorros. “Se vivieron situaciones muy dramáticas. Muchas personas comenzaron a golpear puertas y a arrojar huevos y excrementos de animales a las fachadas. Yo intenté explicarles que soy solamente un sereno y que no tengo idea de qué pasa en esas computadoras gigantes que están guardadas en los depósitos, pero no había forma de hacerlos entrar en razón, así que llamé a la Policía”, declaró un guardia de una granja de servidores en Kazajistán.

En Islandia una persona que perdió 90% del dinero invertido y fue hasta una granja de criptomonedas reconoció que tiene “muy pocas esperanzas” de recuperar su dinero. “En realidad vine hasta acá con la esperanza de que haya un saqueo y me pueda llevar un servidor”.

Los primeros suicidios: “No puedo seguir viviendo en este mundo. Las criptomonedas ya son cosa del pasado y yo no terminé de entender qué carajos eran”. Nota de un suicida.