El archivo de la causa judicial por espionaje ilegal a partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales entre 1985 y 2005 generó varias repercusiones en el sistema político. Mientras que Julio María Sanguinetti y Luis Lacalle Herrera negaron tajantemente haber ordenado maniobras de espionaje, varios de los exagentes de inteligencia mencionados en la investigación judicial se defendieron asegurando que nadie les había avisado que había vuelto la democracia. “En los cuarteles no se lee mucho los diarios. Se escucha algún partido de fútbol cada tanto, algo de folklore, pero nada más. Entonces, uno no está muy enterado de lo que pasa a nivel político. A uno lo mandan espiar a alguien y uno lo hace. Qué régimen de gobierno hay en ese momento es algo que no tiene nada que ver con el laburo de uno”, aseguró un exagente de la inteligencia militar.

Dentro de la inteligencia policial hay una visión similar. “Yo creo que de alguna manera nos hicieron una cama. Porque estoy seguro de que tanto Sanguinetti, como Lacalle Herrera, como Jorge Batlle sabían perfectamente que estábamos en democracia. Pero no nos dijeron nada, seguramente porque querían que nosotros siguiéramos espiando. La verdad es que fueron muy bandidos”, se quejó un exfuncionario del Ministerio del Interior.

La frase: “En el 90% del país había democracia. Yo prefiero quedarme con esta cifra y no con el 10% que aún seguía en dictadura”. Luis Lacalle Herrera.