La adquisición de la mayoría del paquete accionario de Twitter por parte de Elon Musk tuvo algunos contratiempos, aunque la transacción no está descartada ni mucho menos. En una entrevista televisiva, Musk defendió su proyecto para que la red social vuelva a ser “un paraíso de la libertad de expresión, donde se puedan decir hasta las cosas con las que discrepamos seriamente”. De todas maneras, y ante la pregunta del periodista de si eso incluía a Graciela Bianchi, Musk reconoció que ella sería la única excepción. “La libertad de expresión implica permitir que todo el mundo se exprese, por más que no nos guste lo que diga. Pero lo de la senadora uruguaya Graciela Bianchi rebasa todos los límites. En este caso, la libertad de expresión no tiene más remedio que retroceder ante la decencia y el buen gusto”. Musk considera que la situación de la legisladora nacionalista “no tiene nada que ver” con los casos de Donald Trump, Jair Bolsonaro o Steve Bannon. “Ellos quizás sean tóxicos y hasta peligrosos, pero por lo menos son divertidos. Incluso cuando despiertan la ira de quienes los escuchan o leen, son entretenidos. Lo de Bianchi lisa y llanamente amarga a los usuarios y les saca las ganas de vivir. Eso no lo podemos permitir”.

Bianchi y el fact-checking: desde Twitter explicaron que, en este caso, en lugar de señalar cuando comparte fotos o noticias falsas, se señalará cuando se trata de informaciones verdaderas. “Es más práctico”.