La Justicia determinó que entre 1985 y 2005 los servicios de inteligencia policial y militar espiaron ilegalmente a sindicatos, partidos políticos y organizaciones sociales. De todas maneras, estos delitos no serán perseguidos, ya que prescribieron. Consultado sobre el tema, el expresidente Julio María Sanguinetti, que gobernó de 1985 a 1990 y de 1995 a 2000, consideró que este espionaje fue “un mal necesario, fundamental para evitar un mal mayor”. Según el líder colorado, estas actividades formaban parte de una estrategia para evitar “que la izquierda se hiciera con el poder e impusiera un modelo orwelliano de férreo control estatal sobre todas las actividades humanas, en contraposición al modelo liberal que blancos y colorados aplicábamos en aquel entonces, al igual que lo hacemos hoy en día”. El expresidente consideró que “si bien blancos y colorados tenemos algunos matices sobre cuál debe ser el rol del Estado, coincidimos en que hay un límite que no se debe traspasar: la intrusión del aparato estatal en la vida privada de las personas. Para evitar eso es que se desarrollaron políticas de espionaje preventivas”.

La situación actual: “No puedo decir que hoy en día estas cosas no pasen. Como defensor de la libertad, dejo que los militares hagan lo que quieran. Eso lo aprendí de mi padre”. Luis Lacalle Pou.