El bombardeo del ejército ruso a la planta nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, generó preocupación en la comunidad internacional. Según fuentes de varios servicios de inteligencia occidentales, este ataque no fue un hecho aislado, sino que forma parte de una estrategia “clara y definida” del presidente ruso, Vladimir Putin. “Él está ensayando bombardeos porque quiere disparar un misil nuclear contra Zaporiyia. Está absolutamente seguro de que si un misil nuclear impacta contra una central nuclear, las dos cosas se neutralizan, por lo que no habría explosión alguna. Lo que busca es una confirmación de su teoría, para así no gastar más recursos en la protección de las plantas nucleares rusas ante un ataque nuclear de Occidente”, reveló un agente de la inteligencia de Estados Unidos.

Por otra parte, un agente de la inteligencia británica indicó que los funcionarios de gobierno y militares más cercanos a Putin “están tratando de convencerlo de que la cosa no funciona así, pero les está costando muchísimo. Putin es una persona de convicciones firmes”.

La versión rusa: el Kremlin asegura que el ataque a Zaporiyia, al igual que todas los bombas, granadas y balas disparadas contra Ucrania, son obra de su propio ejército.