El ministro del Interior concurrió ayer a Fiscalía para declarar por la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset. A la salida de la comparecencia, y en declaraciones a los medios, Heber dijo sentirse tranquilo con su conciencia, pero admitió que sentía “cierta tristeza” por el hecho de que ningún policía con acusaciones de conductas abusivas hacia presuntos delincuentes se haya presentado para manifestarle su respaldo. “La función pública a veces es ingrata. Uno dedica su gestión a defender a policías acusados de uso excesivo de la fuerza o lisa y llanamente asesinato, justifica su accionar ante la prensa y hasta va a los juzgados para presionar a los jueces, y después, cuando a uno le toca estar del otro lado, no lo viene a apoyar nadie”. El ministro consideró que “lo único que me falta es que, si le preguntan a Gustavo Penadés, en lugar de responder que es mi amigo y me cree diga cosas como que hay que dejar actuar a la Justicia”.
El reclamo justo: “El problema de la inseguridad se da porque los ministros del Interior no tienen respaldo para actuar”. Luis Alberto Heber, ministro que tiene cada vez menos respaldo.