A pesar de la bomba que estalló ayer cuando se filtraron declaraciones y pruebas de la comparecencia de Carolina Ache en la Fiscalía, ninguna de las principales figuras del gobierno respondió preguntas de la prensa ni publicó tuits. De todas maneras, fuentes de la Torre Ejecutiva descartaron que esto se haya debido a una voluntad de “no dar la cara”. “Lo que pasó fue que hoy de noche [por ayer], después de que empezaron a circular los audios y los chats, nos llegó la orden de Roberto Lafluf de que destruyéramos todos los celulares. Hasta donde yo sé, en estos momentos todos los celulares de la gente del gobierno están destrozados a martillazos, quemados en un horno o directamente disueltos en ácido. Era imposible que respondieran consultas de periodistas o que tuitearan. Ni bien se compren los celulares nuevitos y con la memoria vacía, van a evacuar todas las dudas de la prensa y la opinión pública sobre el caso Marset”.

El anuncio: “El archivo Berrutti y el archivo Castiglioni van a estar a disposición de todo el mundo. Sobre el archivo Ache aún no hemos tomado una definición”. Javier García, ministro archivólogo.