Un nonagenario que en 1953 quedó en coma tras un accidente despertó hace algunas semanas. Una de las cosas que más lo sorprendieron cuando comenzó a ponerse al día de lo acontecido en las pasadas siete décadas fue la defensa cerrada de Israel que se hacía desde la derecha. “No entiendo nada. ¿Los judíos no eran los usureros? ¿No eran los que querían imponer el comunismo extranjerizante? ¿No representaban una amenaza para nuestra identidad, nuestra cultura y nuestras tradiciones? Por lo menos eso es lo que se decía en la prensa herrerista y de la derecha colorada”, expresó el hombre, simpatizante del terrismo y el herrerismo hasta el momento de su accidente.
A pesar de su desconcierto inicial, este nonagenario no quiere sacar conclusiones apresuradas. “El único motivo que se me ocurre para este cambio de postura sería que hubiese aparecido un pueblo que fuera peor aún que el judío. A lo mejor los árabes resultaron ser más malos que ellos. Si ese es el caso, bueno, entonces yo apoyo al sionismo”.
La frase para la historia: “La paz de Occidente con el mundo árabe sólo será posible cuando encontremos algún otro pueblo al que considerar una amenaza”. Estadounidense que cuestiona al Ku Klux Klan, pero sin exagerar.