En las playas de nuestro país el disfrute de los turistas está asegurado. Sin embargo, dependiendo del clima, pueden aparecer obstáculos. El viento, por ejemplo, un fenómeno presente en casi todos los balnearios de Uruguay y capaz de hacer estragos.

“La gente está boludeando, mirando un cuerpito hegemónico, que no está mal, ojo, no juzgamos […], las personas están en otra, sin prestar atención a nada, viene un buen viento y les vuela la sombrilla a la mierda”, explica uno de los impulsores de esta iniciativa. “Es vital, la ‘responsabilidad eólica’ es vital. ¡Basta de que la sombrilla se vuele y dañe a terceros!”, agregó.

La propuesta consiste en (no nos van a creer) “talleres multidisciplinarios” de capacitación a veraneantes en enterramiento de sombrilla en arena, a los efectos de aguantar “vientos de hasta 120 kilómetros por ahora”. El curso dura 20 semanas y comprende, además de estudio del viento, estudio del sol y del suelo, para optimizar la colocación del dispositivo playero: “Repasamos el teorema de Pitágoras, los cálculos necesarios y hasta la teoría de sombras que dabas en Dibujo en el liceo […] el objetivo es que la experiencia sea óptima para todes”.

Las inscripciones se abren en breve. ¡Anotate!