Como consecuencia de la subida de precios, el empeoramiento de las condiciones de vuelo y las secuelas pospandemia, las aerolíneas tratan de mejorar sus niveles de servicio mediante el ofrecimiento de nuevos beneficios a sus clientes. Por ello, a partir de marzo, permitirán que los pasajeros de económica se lleven los restos de comida y utensilios dejados por la primera clase.

“Nuestras tripulaciones hace tiempo reportan el mismo fenómeno: cuando se está vaciando el avión y los pasajeros de la clase turista atraviesan el sector de la primera, sus ojos miran con deseo las sobras de comida, las copas de cristal vacías, las frazadas, los auriculares de mayor calidad; ahí es que interviene nuestro departamento de marketing, con esta idea: que se lleven lo que quieran; es brillante”, comentó Hans Günther Friedrich Morales, portavoz de la alemana Lufthansa, a El Cascote News.

Algunos expertos en aviación comercial temen que el nuevo servicio aterrorice a los habitués de primera clase. Consultado sobre este punto, el vocero admitió que “se está trabajando en ello, sabemos que muchos clientes del sector más caro volarán atemorizados por el riesgo de que una horda de campesinos irrumpa por la cortina que separa ambos mundos, a saquearlo todo; pero queremos transmitir tranquilidad: cada avión tendrá una fuerza policial que evitará desbordes de esta naturaleza”.