Luego de varios días de especulaciones acerca de si los tres objetos voladores no identificados derribados por aviones militares estadounidenses eran globos espía de Pekín, el presidente Joe Biden reconoció ayer que no hay indicios de que dichos objetos sean parte de un programa del gobierno chino y seguramente pertenezcan a proyectos privados de investigación. De todas maneras, un análisis de los objetos que sobrevuelan el espacio aéreo de Estados Unidos generó nuevas preocupaciones en Washington. “Estamos en una situación muy vulnerable. Los últimos tres objetos voladores no identificados que derribamos, más el noventa y nueve por ciento de los drones, más las cometas, más los aviones de juguete y miles de cosas más, son fabricados en China. De hecho, un enorme porcentaje de las cosas que están en nuestro suelo también son fabricadas en China. Esto representa una gigantesca amenaza a nuestra seguridad, porque con todo el dinero que están ganando los chinos, dentro de muy poco van a tener un arsenal mucho más poderoso que el nuestro. Yo preferiría que mandaran más globos espía y menos globos de colores de los que nos venden a millones”, confesó un funcionario del Pentágono.
Biden y la seguridad nacional: “Debemos dejarle bien claro al señor Nikita Kruschev y al señor Adolf Hitler que nuestro país está más seguro que nunca”.