Ayer regresó a Brasil el expresidente Jair Bolsonaro en medio de un escándalo por unas joyas valuadas en varios millones de dólares que recibió durante una visita oficial a Arabia Saudita. El líder ultraderechista no sólo intentó quedarse con las joyas en lugar de entregarlas al gobierno, sino que además había intentado ingresarlas al país sin declararlas. En sus primeras declaraciones públicas, Bolsonaro aseguró que se quedó con las joyas “como forma de compensación por la elección que gané en buena ley pero me robaron las autoridades electorales comunistas”. Para el expresidente, “cuatro o cinco millones de dólares no son nada si se compara con cuatro años sin ocupar el sillón presidencial. Creo que hubiera sido una compensación más que justa”. Bolsonaro no descarta llevar al gobierno ante la Justicia para obtener una indemnización por el “robo escandaloso” que sufrió. “Tengo muchos testigos. Concretamente estoy hablando de decenas de miles de personas dispuestas a apersonarse en el juzgado en donde se trate el caso para declarar en mi favor”.

La defensa: “¿Qué tiene de malo que a un hombre le guste usar anillos y collares de diamantes? ¿Por qué tenemos que ser tan heteronormativos?”. Jair Bolsonaro, heterosexual deconstruido.