El ministro del Interior había salido a respaldar al senador Gustavo Penadés cuando se conocieron las acusaciones de abuso sexual en su contra, e incluso sugirió que los denunciantes estaban cometiendo el delito de difamación. Pero unos días más tarde se rectificó y anunció que no realizará más declaraciones para no entorpecer la investigación. Un asesor del gobierno en materia de imagen consideró que Heber “hizo lo correcto”, al tiempo que dijo estar confiado en que el ministro “continúe por esa senda por la que acaba de dar sus primeros y sabios pasos”. El especialista contó también que se reunió con Heber y le sugirió “agarrarse una buena laringitis que lo deje sin poder hablar durante algunos meses”. “El consejo que le di es que salga de noche desabrigado, sin bufanda, hasta que se enferme y no pueda hablar. Haciendo esto no va a lograr salir del último lugar en la lista de aprobación de los ministros, pero por lo menos no va a tener un 10% de la aprobación de quien ocupa el penúltimo lugar, que es en la posición en la que se encuentra ahora”.

Los tres errores de Heber: 1. Haber aceptado el cargo de ministro del Interior. 2. No haber renunciado. 3. No tener planeado renunciar.