La capital de Lavalleja es una de las ciudades que tiene más comprometido el suministro de agua potable como consecuencia del déficit hídrico. Por eso las autoridades de OSE decidieron exhortar a los minuanos a reducir “al mínimo” el consumo de agua de la red de cañerías, una medida que tuvo un éxito “sorprendente”. “La verdad es que nosotros mismos nos quedamos sorprendidos por la receptividad de la población. Algunos dicen que el consumo de agua bajó porque la gente no sólo no quiere tomar la porquería marrón que sale por las canillas, sino que ni siquiera está dispuesta a usarla para lavar la ropa. Pero nosotros creemos que en realidad lo que pasó fue que se despertó un reflejo solidario muy instalado en la sociedad uruguaya”, declaró un jerarca del ente. De todas maneras, fuentes de OSE reconocieron que se está considerando la posibilidad de provocar deliberadamente “fenómenos de turbiedad” en el agua que se distribuye en Montevideo, “a ver si la gente deja de desperdiciar agua de una vez por todas”.

La aclaración: “El agua salada y el agua marrón no son potables, pero eso no quita que sean bebibles. Si uno la bebe con la nariz tapada o los ojos cerrados, casi ni se nota la diferencia”. Fuente de OSE, valga la redundancia.