Como ya ocurrió en varios países del mundo, Uruguay comenzó a discutir la posibilidad de reducir la jornada laboral. El Movimiento de Participación Popular presentó un proyecto que baja de 48 a 40 las horas de trabajo semanal. Desde las cámaras empresariales consideraron que la propuesta es “interesante”, aunque plantearon algunos cambios. “Más que reducir la cantidad de horas semanales, nos parece mejor reducir la jornada diaria. Que en lugar de 8 horas sean 6. Con eso, y si se alarga la semana a 13 días, dejando sábado y domingo para descansar, como ahora, nosotros firmamos”, aseguró un dirigente de la Confederación de Cámaras Empresariales. Según los empresarios, con esta serie de medidas se lograría compatibilizar “el reclamo de los trabajadores de trabajar menos horas y el reclamo de los empresarios de que las políticas laborales se parezcan cada vez más a las de China y cada vez menos a las de Suecia”.
La respuesta oficial: “Mi yo actual dice que es una injusticia y un disparate, pero mi yo de 2025 quizás piense que es una propuesta razonable a la que hay que defender con uñas y dientes”. Pablo Mieres, ministro de Trabajo y Seguridad Social que se pudrió de los comunistas.