La moción para remover a Pablo Bengoechea como director deportivo recibió siete votos a favor y tres en contra en el Consejo Directivo, pero desde el oficialismo se argumentó que se necesitaban ocho voluntades para aprobar la salida del exjugador, por lo que esta finalmente no se concretó. Tras este episodio, que provocó la renuncia del secretario general, Evaristo González, el Ministerio del Interior (MI) decidió tomar cartas en el asunto. Según un comunicado de la cartera, “Se decidió, en conjunto con los dirigentes, establecer la separación de corrientes en las reuniones de la Comisión Directiva. Además, se colocará un pulmón en la mesa donde se llevan a cabo las reuniones, para evitar posibles altercados entre los participantes. Finalmente, se incrementará la presencia policial en los cuatro rincones de la sala”. Más allá de esto, desde el MI recomendaron instaurar una lista negra para dirigentes que protagonicen incidentes violentos, aunque esta propuesta fue rechazada. “Tampoco queremos que el cuerpo que gobierna Peñarol quede acéfalo. Nos parece que con el pulmón y los granaderos en el salón de reuniones alcanza”, opinó uno de ellos.
El posible acuerdo: “A lo mejor llegamos a una solución intermedia consistente en que se quede Bengoechea pero se vaya su estatua, que, a decir verdad, no es muy apreciada ni en el oficialismo ni en la oposición”. Dirigente mirasol poco adepto a las esculturas raras.