Las reservas de agua del Paso Severino alcanzaron casi los 32 millones de metros cúbicos tras las lluvias de la semana pasada, lo que representa casi un 50% de su capacidad total. La noticia causó un optimismo generalizado en el gobierno, que considera algo muy positivo que tras haber alcanzado un mínimo del 1%, ahora la principal fuente de abastecimiento del área metropolitana esté “medio llena”. Sin embargo, desde filas del Frente Amplio relativizan este aumento del caudal, aseverando, con pesimismo, que ellos no ven otra cosa que un paso “medio vacío” con un 50% de su capacidad desaprovechada.

En el oficialismo hay decepción porque consideran que ellos “le ponen toda la onda a la realidad” pero tienen que convivir con un Frente Amplio “siempre negativo y con muy malas vibras”, concluyendo, no sin cierta angustia, que “gobernar así es difícil”.

Por otra parte, desde el Partido Independiente optaron por tomar una postura distinta a la de los dos extremos mencionados, asegurando que si bien están un poco de acuerdo con unos y algo de acuerdo con los otros, el paso simplemente se encuentra “en el centro, en el medio de su capacidad, y es bueno que así permanezca”.

La cifra: el 50% del caudal electoral está podrido de cargar bidones de agua mineral, según los sociólogos.