El incendio del martes 6 en la sede de esta dependencia de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) generó importantes pérdidas en el stock, pero el traslado de las operaciones a Maldonado y al Hospital Militar permitió una recuperación total. Gracias a esto el gobierno no debió recurrir al plan de empezar a hacer transfusiones con sangre salada. “Por suerte no hubo que llegar a este extremo. Si bien la sangre salada es completamente inocua y transfusionable, genera algunas molestias, como palpitaciones, zumbidos en los oídos, mareos y otros síntomas asociados a los cuadros de hipertensión”, explicaron desde ASSE. En el prestador de salud pública destacaron: “Ante una situación completamente catastrófica como fue el incendio del mayor banco de sangre de Uruguay, demostramos estar preparados y tener un plan alternativo, que afortunadamente no hubo que implementar. Pero en los tiempos del Frente Amplio no existían estos planes. Un incendio antes de 2020 hubiera sido un desastre”.

Por unos centímetros: “Por suerte recuperamos el stock, porque el cargamento de sangre que íbamos a traer de Estados Unidos no entraba en los Hércules por apenas algunos centímetros”. Jerarca gubernamental encargado de medir las puertas del Hércules.