El mundo laboral está ingresando en una nueva etapa en la que los sistemas informáticos automatizados amenazan con reducir drásticamente la presencia de seres humanos en los procesos de producción. Pero, a pesar de que los efectos de esta transformación se están haciendo sentir, no todos la consideran como negativa. “Hace dos meses me despidieron porque la empresa se consiguió un programa que hace el mismo trabajo que yo en forma mucho más eficaz y económica, pero bueno, por lo menos ningún inmigrante se quedó con mi trabajo, que era el gran miedo que tenía”, confesó un ciudadano español que milita en Vox. Una ciudadana alemana que afirma “detestar” las políticas de inmigración de la Unión Europea contó que haber sido despedida y sustituida por una inteligencia artificial fue “como llegar a la orilla luego de una travesía a nado en la que pensé varias veces que me iba a morir. Me dije a mí misma ‘listo, ya está, lo lograste, ningún musulmán se quedó con tu trabajo’. Después de décadas de miedos e incertidumbres, al fin puedo descansar. Brindar no, porque el seguro de desempleo no me alcanza para comprar una botella de vino”.

La frase: “Sólo falta que desarrollen robots capaces de limpiar pisos y recoger tomates, y listo, ya nos habremos librado de las personas de piel oscura”. Europeo que prefiere morir de hambre antes que de tolerancia.