La conmemoración de los 30 años del inicio del genocidio ruandés, perpetrado por los hutus contra los tutsis, sirvió como excusa para una serie de reflexiones y pronunciamientos sobre los intentos de eliminación sistemática de comunidades enteras de seres humanos. Desde Estados Unidos y Europa se coincidió en que la comunidad internacional falló a la hora de prevenir la masacre y esto es algo que no puede volver a repetirse, pero una vez que se le haya permitido tolerar un último genocidio. “Tenemos que dar un paso firme y enérgico para que el ‘nunca más’ deje de ser un simple eslogan. Pero antes de dar un paso tan importante y que marcaría el fin de una era, se nos debería permitir un último genocidio. No hay que olvidar que venimos de miles de años en los que los genocidios eran algo aceptable. No nos pueden pedir que los transformemos en historia antigua de un día para el otro. Necesitamos una especie de despedida de soltero de los genocidios”, declaró un alto funcionario de la diplomacia europea.

A ambos lados del Atlántico existe un clima de “nostalgia” debido a que este último genocidio de la historia podría estarse cometiendo actualmente en la Franja de Gaza. “Sabemos que terminar con los genocidios es algo esencialmente bueno, pero un poquito los vamos a extrañar”, confesó un diplomático estadounidense.

El reclamo entusiasmado: “¡Uno más y no jodemos más!”. Cántico entonado en una reunión de las Naciones Unidas por representantes de varios países.