La puesta en funcionamiento del tren que transportará la celulosa que produce UPM 2 terminó con el debate de si había que aplicar con la empresa el criterio “el que rompe paga”, es decir, cobrarle por los daños a las rutas que generaba el transporte con camiones. Pero el inicio de las operaciones del tren desató un nuevo debate, esta vez referido al criterio “el que rompe las pelotas paga”. Según explicaron desde el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, “el tren causa una cantidad de molestias a los habitantes de las zonas por donde pasa, especialmente si son centros poblados. Claramente, un tren de estas características es molesto para cualquiera, y algunas personas quieren que les paguen por ese dolor de testículos”. De todas maneras, el gobierno considera que en este caso tampoco corresponde aplicar compensaciones. “Nuestra postura es: al que le tocó quedar cerca de la vía se jode por más que rompa las pelotas”.

La frase: “La gente de Gualeguaychú nos sugirió que hiciéramos un corte en las vías del tren, pero esos trenes pesan demasiado”. Vecino al que el tren le tiene los huevos por el piso.