El avance de la inteligencia artificial (IA) y el riesgo de que esta tecnología deje sin trabajo a millones de seres humanos en todo el mundo llevaron a que desde varios ámbitos se propusiera legislar para controlarla. Si bien desde el sistema político nadie maneja una prohibición total, en las últimas semanas surgió una excepción. “Creemos que la cuestión no pasa por estar a favor o en contra de la IA. Esta tecnología sirve para algunas cosas y para otras no. Para sustituir a los operarios de callcenters, a los diseñadores, a los periodistas, a los arquitectos y cosas así, es ideal, pero la labor parlamentaria no la puede realizar”, afirmó un diputado. En el Parlamento se está estudiando la posibilidad de aprobar una ley que prohíba a texto expreso que una IA ocupe una banca. “No podemos dejar algo tan importante como la elaboración de las leyes en manos de una computadora que no nos da ninguna garantía en materia de seriedad, probidad y transparencia”, enfatizó el legislador consultado.

La sentencia: “Una IA no es capaz de viajar y después quedarse con los viáticos”. Legislador viajero.