La coalición de derecha que apoya a Friedrich Merz fue la más votada en las elecciones de Alemania, pero no consiguió la mayoría parlamentaria, por lo que deberá negociar para formar gobierno. Merz aclaró, de todos modos, que la posibilidad de acordar con Alternativa para Alemania, que quedó en segundo lugar, está “completamente descartada”, ya que el cordón sanitario establecido por el sistema político alemán impide alianzas con la ultraderecha. “De ninguna manera vamos a negociar con Alternativa para Alemania. Con la ultraderecha no se negocia. En lugar de eso, pienso volverme de ultraderecha, porque claramente es lo que la gente quiere y nosotros no somos quiénes para negárselo”, declaró el líder derechista.

Merz aclaró, de todos modos, que su giro a la ultraderecha “se hará estando en el gobierno y mediante medidas concretas, y no mediante declaraciones incendiarias que le hacen mucho mal a la democracia”.

El diagnóstico: “No hay riesgo de que una eventual llegada al poder del fascismo en Alemania derive en una Tercera Guerra Mundial, porque ahora Estados Unidos y Rusia también están gobernados por fascistas”. Alemán que duerme tranquilo.